Editorial

La creciente deuda por dinero plástico

Los montos morosos con tarjetas de crédito en Chile, que se duplicaron en un año, pasando de 302 millones de dólares a 701 millones, un aumento de 132%, situación asociada al hecho que, en promedio, los chilenos tienen cuatro tarjetas de crédito por persona.

Por: Editorial Diario Concepción 05 de Abril 2019
Fotografía: Archivo Copesa

Es de esos temas que cuando se recuerdan impulsan, por su trascendencia, acciones inmediatas, pero como puede ser una de nuestras características idiosincráticas, la acción que se emprende es básicamente de palabras y declaraciones, se llega, a veces, a una fase de proyecto, hasta que surge otro asunto de mayor impacto. Así ha ocurrido con dos ausencias en los currículos escolares, en el nivel que corresponda, educación cívica y educación financiera.

La insuficiencia de esta última cobra víctimas todos los días, que por la naturaleza de los motivos suelen callarse, de tal manera que las aflicciones y angustias por motivos de mal manejo de recursos financieros deteriora la calidad de vida de las personas, que pueden llegar a callejones sin salida.

Una muestra evidente de lo anterior es el cuadro de morosidad de los chilenos. Según el último informe de Deuda Morosa elaborado por la Universidad San Sebastián, correspondiente al cuarto trimestre de 2018, en total, más de 4,5 millones de chilenos se encuentran en esa situación, lo que corresponde a la cifra más alta desde 2012.

Las cifras que muestra el estudio son elocuentes, si bien el número representa un aumento de 3% en comparación al mismo periodo de 2017, la mora promedio aumentó en un 10% y se eleva por sobre los 1,7 millones de pesos. Si esta situación es desagregada por género, se observa que en dicho periodo la mora de las mujeres aumentó un 10,5%, mientras que la de hombres se establece un punto porcentual por debajo, es decir 9,5%.

Una explicación plausible la ofrece el Claudio Sánchez el docente de Ingeniería en Administración de Duoc UC sede Concepción, quien, además de recordar que no se trata de un problema nuevo, estima que se refiere al entorno económico aspiracional que impulsa al consumo no razonado, es decir, sin evaluar la necesidad del bien adquirido o la capacidad de pago.

Se ha atribuido este aumento de deudas impagas a las repactaciones que no hacen otra cosa que postergar el problema, con mayores costos en el tiempo, los pagos mínimos, con parecido efecto o sencillamente cesar los pagos por falta de recursos. La declaración del ministro de Hacienda es equívoca. “No hay que demonizar el endeudamiento. Es una forma que tiene la gente de tener recursos para perseguir proyectos, ya sea de consumo o inversión”, ya que ese comentario correspondería a algo diferente; inversiones planteadas del principio como compromisos factibles y de beneficio futuro.

Así, los montos morosos con tarjetas de crédito en Chile, que se duplicaron en solamente un año, pasando de 302 millones de dólares a 701 millones de dólares, esto es, un aumento de un 132%, una situación asociada al hecho que, en promedio, los chilenos tienen cuatro tarjetas de crédito por persona.

La razón oculta, utilizada por la industria de juego, es convertir el dinero es un ente abstracto, la tarjeta, como las fichas, hace perder la noción de los montos, a diferencia de utilizar el dinero de forma convencional, que realiza la transacción en términos concretos y reales, sin costos añadidos a futuro, ni eventuales cargos de la letra chica.

Mantener a los chilenos en una condición de analfabetos económicos, no debería ser una política de Estado, hay allí una clara responsabilidad, además de aquella propia de los consumidores.

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