Editorial

El rol clave de los profesores y su necesaria valoración

Se hace necesario buscar mecanismos e incentivos para que buenos profesores estén dispuestos a impartir clases en establecimientos con mayor vulnerabilidad.

Por: Editorial Diario Concepción 12 de Febrero 2019
Fotografía: La Tercera

No es ningún misterio que hace 100 años en Chile el profesor tenía una valoración distinta. Su trabajo era visto casi como el de un misionero, buscando iluminar no con la fe, sino con el conocimiento. Un rol inspirador y motivador, que solía ser valorado por alumnos y ex alumnos, así como por la comunidad circundante. El profesor solía ser, en efecto, una verdadera autoridad, una persona que podía hacer la diferencia en el futuro de cientos de niños y jóvenes.

Figuras como la de Gabriela Mistral, quien puso en los ojos del mundo el sacrificado trabajo de los profesores rurales latinoamericanos, o el del Presidente Pedro Aguirre Cerda, el profesor que llegó al mando de la nación con la convicción de que “gobernar es educar”, fueron dos de los puntos altos y visibles en un país que le confería al docente una importancia capital.

Lamentablemente, con los años, la globalización, y las fuertes transformaciones socioculturales experimentados en Chile durante y pos dictadura, la imagen del profesor se fue devaluando hasta niveles inauditos. El arquetipo del profesor comenzó a identificarse con el que no tuvo el puntaje para estudiar otra carrera, quedando la vocación en un lugar  muy lejano.

Sin embargo,  hay algunas buenas noticias: entre ellas el impulso en los últimos años de la Carrera Docente, instancia que  aumentó los requisitos para estudiar pedagogía, factor básico para mejorar la calidad de la educación y que además, permite un aumento en el salario del profesorado.  Y ello ha ayudado a comenzar a mejorar  la valoración que hace la sociedad chilena sobre la labor del profesor y la propia apreciación de los docentes. Para muestra, la segunda versión  de la encuesta que mide el estatus de los profesores (2018), en el que  Chile se posicionó en el lugar 22 entre 35 países, siendo el mejor de la Región.

En esa consulta, China resultó ser el país con el mejor resultado, seguido por Malasia y Taiwán. De manera general, la encuesta que se aplicó a mil personas de 35 países, además de profesores de esas naciones, reveló una mejora en la valoración que hay hacia los docentes.

Sin embargo, en Chile se da una situación paradojal. Al preguntar a distintos integrantes de la sociedad por la valoración a los maestros, estos obtuvieron 33 puntos de un total de 100. Por otra parte, los profesores chilenos aseguraron que su valoración era de 19 puntos. De esa manera, nuestro país es uno de los 13 países en los cuales los docentes perciben que su estatus es inferior a la valoración que les da la sociedad.

Razones para ello puede haber muchas.  Para empezar, según cifras Ocde, los profesores chilenos son los que más tiempo pasan en las salas de clases y, además de ser los que cuentan con menos tiempo para realizar otras actividades que no sea estar frente a los alumnos y, en no pocos casos, con precarias condiciones laborales.

Se trata de una tarea colosal, pero si se quieren mejorar los estándares de la educación chilena, tal como lo hizo Finlandia hace 20 años, no hay otra receta que la de partir valorando la labor que realizan los educadores, por lo que se hace necesario buscar mecanismos e incentivos para que buenos profesores estén dispuestos a impartir clases en establecimientos con mayor vulnerabilidad.

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