Debe haber claridad en el público que el comercio ilícito no está bien, que es necesario proteger a las personas que se dedican al comercio justo, que pagan impuestos, que pagan arriendo, que generan empleo con cotizaciones y que son una sinergia positiva para el país.
La llegada de la Navidad pondrá más de relieve, aunque ya es lo suficientemente notorio, el abuso del comercio ambulante para ocupar los espacios públicos, impidiendo la libre circulación, atochando las veredas y paseos peatonales y facilitando además la acción de los delincuentes, Añadido al perjuicio del comercio establecido, que, al cumplir con el sus obligaciones tributarias y costos propios de la actividad, se ve enfrentado a una competencia desleal e invasiva.
En el combate al comercio ilegal, la Municipalidad penquista ha sido un referente, ya que las iniciativas para impedirlo, las medidas para localizar a los proveedores y cursar multas al público que adquiera productos en la calle, han sido replicadas, aunque con relativo poco éxito en otras ciudades chilenas. Desde el inicio de su administración, el alcalde ha declarado que en este tipo de comercio se trata de lidiar con organizaciones que funcionan de manera profesional y con eficiente logística, que quieren seguir lucrando “sin pagar permiso, sin pagar impuestos, sin dar boleta, que es lo que sí se les exige a miles de comerciantes establecidos en nuestro país”.
En esta fechas y para evitar que quienes llegan al casco histórico penquista sean víctimas de delitos, se ha anunciado un plan para dar tranquilidad a la ciudadanía, el que se desplegará, bajo el rótulo Navidad Segura y que contempla intensificar el patrullaje policial, con un refuerzo de más de 200 carabineros, en base al trabajo de los alumnos de la Escuela de Suboficiales y de la Escuela de Formación de Carabineros.
Según el informe del carabineros, el indicador de la magnitud de esta actividad ilícita y de los esfuerzos que se hacen para impedirla, es el volumen de mercadería ilegal decomisada, de esa manera, en 2017 se incautaron 2,5 toneladas de productos ilegales, mientras que solo este año la cifra llega a 20 toneladas, lo que da cuenta de un importante trabajo de inteligencia para detectar proveedores y mediadores.
Se ha declarado tolerancia cero al comercio ambulante, una medida extremadamente impopular, que requiere de gran convicción y unidad de propósito, no pocas veces el mismo público, las personas que la autoridad busca proteger para que puedan realizar sus actividades en paz, reacciona desfavorablemente al accionar de carabineros o inspectores.
Por razones comprensibles, la autoridad edilicia penquista ha trabajado en ubicar a comerciantes ambulantes que desean ejercer sus actividades en lugares autorizados, con resultados parciales. Según el observatorio del comercio ilegal, debe haber claridad en el público que el comercio ilícito no está bien, que es necesario proteger a las personas que se dedican al comercio justo, que pagan impuestos, que pagan arriendo, que generan empleo con cotizaciones y que son una sinergia positiva para el país, y diferenciarlos de aquellos que operan como verdaderas mafias, donde hay abuso sobre personas vulnerables.
El punto más sensible de esta iniciativa es la respuesta del público, que debe comprender que el control es indispensable, que la victimización es instrumentalizada por grupos muy bien financiados de comercio ilícito, que es un deber de las autoridades edilicias proteger tanto a los ciudadanos como al comercio establecido, parte del perfil urbano e importante generador de empleo, se trata realmente del bien común de la ciudad.