Es relativamente fácil dejarse engañar por el solo monto de las cifras, se requiere validarlas, para darlas por ciertas y en seguida interpretar su significado, examinar con la mayor claridad posible sus impactos cualitativos, especialmente, cuando los números se refieren a circunstancias de la educación chilena, una reflexión necesaria cuando los titulares declaran, con estricto apego a la verdad, que este año 2018, se registró un máximo histórico de estudiantes en educación superior, lo que corresponde a un total de 1.176.915 jóvenes a nivel nacional.
La información ha sido puesta en conocimiento de la opinión pública mediante la publicación, del todo accesible, de un extenso y prolijo estudio del Consejo Nacional de Educación (Cned). Luego de recopilar la información de las 132 instituciones que participaron y que representan el 99% de la matrícula total de pregrado.
Uno de los aspectos relevantes de la información disponible, es que el 70,4% de la matrícula total de 2018, hasta abril de este año, se concentra en solo tres regiones: la Metropolitana, la del Bío Bío y la de Valparaíso, lo que ya es una tendencia respecto a años anteriores. En nuestra región la matrícula de 1er año fue de 43.210 estudiantes, es decir, una participación a nivel sistema de 12,6%, superior a la media de la zona central entre los años 2005 a 2017, con una diferencia de 7.155 estudiantes el año 2017. Asimismo, la matrícula total del año pasado fue de 149.307 estudiantes, superior a la mediana de la zona central entre los años 2005 a 2017, con una diferencia de 21.151 estudiantes el año 2017.
En otro de los aspectos interesantes del informe se describe que desde 2008-2009 existe un punto de inflexión entre la matrícula total de hombres y mujeres, de esa manera, el género femenino ha ido en un alza que este año, 2018, alcanzó una diferencia a favor del 15,7%, con el resguardo de señalar que persiste una importante brecha en determinadas carreras, con una fuerte presencia según género, de incluso mayor al 90%. Así, la mayor participación femenina se concentra en carreras como Educación Parvularia, Obstetricia y Puericultura y Estética, mientras que los hombres se concentran en carreras relacionadas a la Ingeniería, Mecánica Automotriz, entre otras.
Las diferentes áreas del conocimiento muestran también diferencias notables, según los datos proporcionados por la Cned, las áreas de Tecnología, Administración y Comercio y Salud, abarcan el 67% de la matrícula total de pregrado. De ello, se desprende que si bien las carreras relacionadas a la Tecnología aún representan la mayor participación en la matrícula (27,5%), esta área ha presentado una baja de estudiantes desde 2016. Por otra parte, las carreras con mayor aumento de estudiantes en el último año son Agricultura, Silvicultura y otros, Educación, Derecho y Administración y Comercio.
Esta realidad muestra con gran sensibilidad las tendencias sociales imperantes, señalan agudamente la creciente presencia femenina en la educación superior pero al mismo tiempo, una asimetría en el acceso a determinadas carreras, no solo masculinas, sino que asociadas a mejores condiciones laborales. Sin embargo, es necesario reconocer que se trata de una situación en desarrollo, la movilidad que revelan las estadísticas permiten esperar un crecimiento nacional hacia la igualdad de oportunidades.