Editorial

Intranquilizadoras cifras de cotización para pensiones

Por: Editorial Diario Concepción 22 de Abril 2018
Fotografía: Diario Concepción

Se ha impuesto reemplazar la confrontación de argumentos por  los gritos desde la calle, no se aprende que el diálogo es indispensable para llegar a acuerdos, que las ideas deben someterse a prueba, que los proyectos deben resistir el análisis de su factibilidad. No ha servido ver  los resultados de reformas y cambios que no tomaron en cuenta los factores clave, sino a aquello que pareció reclamar con más énfasis la gente en las marchas, la consagración de la democracia del tumulto, faltando saber si esa masa que pide sin pensar en gastos, representa o no el sentir de las mayorías.

Ahora están de turno las pensiones y el clamor que de repetido y vehemente termina por convencer que basta con enunciar el mantra de No más AFP y el problema de las bajas pensiones queda solucionado. Fondos que provienen de las fuentes más peregrinas, sin estudios de respaldo en relación a su veracidad, monto o duración,   son dispuestos en teoría para terminar con este problema que preocupa, especialmente, a quienes se encuentra cerca de terminar su vida laboral.

Si los fondos de los trabajadores activos resultan al final insuficientes para las necesidades de los pensionados, es evidente que sin esa reserva, construida con el paso de los años, la situación resulta insostenible. Hay en este asunto mucho paño que cortar, los que diseñaron el sistema descubren recién que los porcentajes de ahorro calculados por ellos no servían al  propósito de asegurar pensiones dignas, ahora, cuando miles de pensionados se ven ante esta realidad han empezado las preocupaciones para perfeccionar o suplementar los fondos de pensiones.

Mientras eso ocurre,  otro colectivo marcha inexorablemente en ruta de colisión, los trabajadores independientes que por diversas razones, probablemente atendibles, pero insuficientes, han decidido no cotizar, vivir al día, de esa manera, solo el 6,1% de los trabajadores independientes cotiza, la menor cifra en los últimos cuatro años, de los 2,2 millones de empleados autónomos que habían registrados en 2017, solo 135.737 cotizaron para su futura jubilación.

Este fenómeno se acentúa al observar el aumento notorio del número de trabajadores identificados “por cuenta propia”, eufemismo en muchos casos para disimular que se trata de desempleados buscando como subsistir, en condiciones precarias, en la calle y sin protección social alguna. También hay en estos colectivos trabajadores con un razonable nivel de renta y otros con entradas que superan bastante las rentas medias de los trabajadores formales.

El proyecto de ley que hace obligatoria la cotización ha sufrido varias postergaciones, pese a su urgencia y la resistencia de muchos a verse obligados a ahorrar para su retiro. Por otra parte, si las cotizaciones no existen o son insuficientes, el Estado se verá presionado a suplementarlas, situación injusta para quienes en condiciones similares han hecho el esfuerzo y para otras necesidades de protección social que se verán, en consecuencia, postergadas

Frente a esta realidad concreta, con impactos inmediatos, no corresponde el voluntarismo, el sistema debe mejorase, la protección al trabajador jubilado debe ser digna, pero para que eso ocurra hay que salir de la calle y empezar a participar en la búsqueda racional de soluciones, dejar de vender ilusiones.

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