Editorial

Desafío de la empresa de fomentar la innovación

Por: Editorial Diario Concepción 16 de Febrero 2018
Fotografía: Pexels

No es un dato nuevo que los países que invierten un mayor porcentaje de su PIB en Investigación y Desarrollo, en pocos años ven redituada su inversión, al potenciar en su matriz industrial, productos de mayor valor agregado. También sabemos que como país estamos bastante estancados en esa materia, y no podría ser de otra forma, invirtiendo menos del 1,4% de nuestro producto interno en ciencia y desarrollo tecnológico. El desafío es, primero que nada, duplicar esa cifra, tanto en lo que compete al apoyo estatal como al de privados. Sin embargo, también es importante intervenir en algunos factores culturales que muchas veces nos hacen ser extremadamente conservadores para implementar cambios y mejoras, lo que nos hace ser menos competitivos frente a un mundo que cambia de manera vertiginosa.

Es una práctica arraigada en Chile el no premiar la iniciativa, sino que el cero error. Atreverse a innovar requiere seguridad de sí mismo y rigurosidad operacional para implementar los cambios y las innovaciones con el máximo cuidado para evitar las equivocaciones, pero también requiere flexibilidad para saber que la puesta en marcha de lo nuevo, implica algunas equivocaciones.

En un artículo de la confederación española de directivos y ejecutivos, se plantea que en las empresas existen muchos “thinkers” o personas que crean ideas y comentan en los pasillos las infinitas formas de hacer las cosas mejor, pero que finalmente continúan en sus zonas de seguridad y no pasan a la acción. Al mismo tiempo, consigna que hay pocos “Doers” (del verbo inglés “to do” que significa hacer), y que son las personas que se atreven a hacer que las cosas pasen, tienen tolerancia al comentario de los demás y a equivocarse. Los “doers” pasan a la acción después de conceptualizar y analizar los riesgos de una innovación, se orientan a crear prototipos y a impulsar cambios culturales, son personas que convierten en ejecutable lo estratégico, que desean progresar y hacer crecer su entorno.

Si usted como jefe debe implementar una innovación en su trabajo, se recomienda que primero detecte a los “doers” de su equipo y los incorpore en su proyecto con la clara misión de implementar los cambios pensados, pero también usted como jefatura debe tener la tenacidad y flexibilidad para trabajar de la mano con ellos para ayudar a superar los inconvenientes que se presentarán y reaccionar con rapidez frente a las posibles adversidades.

El miedo a equivocarse es una de las barreras que nos impide realizar cambios y abrirnos a la innovación. Muchas veces me encuentro con excusas del tipo “aquí las cosas siempre se han hecho así” esta actitud, es un intento por aferrarse al pasado o muchas veces tiene que ver con el miedo a ser mal evaluado por la jefatura o la compañía en la que se trabaja. El temor a equivocarse lleva a prácticas tan nocivas como el ocultar los errores a las jefaturas o una marcada tendencia a “buscar al culpable”.

En Chile somos correctos planificadores, pero muchas veces nos quedamos en el plan y no salimos a ejecutar. Es cierto que sin un buen programa es difícil que las cosas salgan bien pero sepa diferenciar cuando ya está todo planificado y analizado, y usted sólo sigue en el plano de las ideas no porque sea necesario sino que por que le teme al cambio y al posible fracaso. Esta actitud orientada a la innovación es clave para forjar el éxito a corto plazo y para pasar de la estrategia a la acción.

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