Editorial

El nuevo impulso exportador de Fanaloza

Detrás de este logro está una fuerte inversión sustentada por ventas de sus productos con tecnología añadida, claramente competitivos, resultado de una cuidadosa planificación empresarial de su gerencia y las competencias de sus actuales trabajadores.

Por: Diario Concepción 05 de Enero 2017

Detrás de este logro está una fuerte inversión sustentada por ventas de sus productos con tecnología añadida, claramente competitivos, resultado de una cuidadosa planificación empresarial de su gerencia y las competencias de sus actuales trabajadores.

 

La larga y azarosa historial industrial de la Región es en sí misma la narrativa del desarrollo nacional, la medida del esfuerzo de empresarios visionarios, que parten prácticamente de cero y el apoyo esporádico del Estado, más la falta de blindaje para resistir cambios globales de la economía.

La historia de Fanaloza tiene esas características, se origina el año 1899, con la instalación de la fábrica en Penco, en un principio, para la producción de ladrillos, artículos ornamentales pintados a mano, evolucionando hasta la creación de sanitarios. En 1927, surge la Fábrica Nacional de Loza que en 1930 se transforma en la Fábrica Nacional de Loza-Penco, sus productos abastecieron a las casas chilenas desde entonces y han acompañado la logística del desarrollo inmobiliario, con auge en la década del ‘70. En los ‘80 la producción decae en forma drástica junto con toda la economía nacional, sufriendo las consecuencias de una política de desprotección de la industria nacional que no estaba en condiciones de competir con productos importados. 

En la actualidad la marca está asociada a la producción de sanitarios, filial de un consorcio internacional, asociación que dio inicio a un periodo de intercambio tecnológico y de experiencia, lo que abrió nuevas posibilidades en el mercado nacional e internacional, asumiendo una posición de liderazgo en la fabricación y comercialización de cerámicas en Chile y en el extranjero.

Según información reciente de la gerencia general, la empresa sigue en crecimiento, por lo que se considera natural su expansión a otros países como Suiza, España, Italia, Tailandia, Emiratos Árabes y Estados Unidos, con productos sanitarios que permiten ahorrar alto porcentaje de agua. Detrás de este logro está una fuerte inversión sustentada por ventas de sus artefactos con tecnología añadida, claramente competitivos, resultado de una cuidadosa planificación empresarial de su gerencia y las competencias de sus actuales 600 trabajadores focalizados en su planta principal de Penco.

La mentalidad de la empresa señala de alguna manera de qué manera la industria local puede retomar sus posiciones expectantes anteriores, en efecto, parte de las ganancias se destina a tecnologías de punta, como robots que conviven y coexisten con métodos antiguos. Muchas piezas son elaboradas manualmente con apoyo robótico, lo cual permite aumentar la productividad y racionalizar el esfuerzo de los trabajadores, "hemos hecho inversiones para que el trabajador, el operario, se esfuerce menos y, por ende, pueda producir y rendir más. Por lo tanto, es un ganar-ganar para todos", en términos del gerente general.

Fanaloza ha pasado lo suyo, una empresa cuyo nacimiento está a más de un siglo de distancia y que ha vivido muchos de los cambios socioeconómicos y políticos del país, ha dejado atrás el pasado, momentos en los cuales su existencia misma se vio amenazada y ha sido capaz, sin bajar los brazos, de reinventarse, hasta aflorar como un centro de desarrollo regional y nacional, fuertemente identificada con la comunidad en la cual está inserta.

La buena posición actual ha sido posible con una mentalidad proactiva y una permanente evaluación de oportunidades y desafíos del mercado, es por lo mismo ejemplarizador y estimulante, en tiempos de dificultad, observar el éxito de las iniciativas bien llevadas, con fuerza emprendedora idónea.
 

 

 

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