Editorial

La escasa conciencia social frente a la discapacidad

En nuestro país hay intenciones como el Sello Chile Inclusivo, reconocimiento que entrega el Estado a empresas e institu-ciones públicas y privadas que realicen medidas de acción positivas internas hacia la inclusión de las per-sonas en situación de discapacidad.

Por: Diario Concepción 01 de Noviembre 2016

Es parte de nuestra frágil condición de seres humanos, la tendencia a apartar de la mente lo que nos avergüenza o molesta, además de molestarnos y avergonzarnos que nos lo recuerden, como no cumplir con nuestro deber básico de ayudar a otros. Podría decirse que no existe, que cada cual se las debería arreglar por su cuenta, pero en el fondo sabemos que esa no es una opción de vida ni un modo de entender la sociedad.

Las personas discapacitadas necesitan ayuda, porque de no recibirla pueden perder definitivamente la posibilidad de demostrar sus competencias diferentes y valiosas, sería perder la colaboración de miembros activos e involucrados en la sociedad, algo inadmisible cuando hace falta de todos para ir construyendo la Patria.

El último Censo de población INE 2012 informa de la existencia de 2.119.316 personas con discapacidad. No solo aquellas discapacidades físicas, con el estereotipo de persona en silla de ruedas, sino que de todos los tipos y grados que comúnmente están invisibles en nuestra sociedad y que forman parte de la diversidad humana, una invisibilidad que tiene como resultado la falta de respuesta. Es esta inacción la que permite concluir que es el medio social el que genera la discapacidad.

Stephen Hawking, el mundialmente conocido físico teórico, astrofísico, cosmólogo y director de investigación en el Centro de Cosmología Teórica en la Universidad de Cambridge, padece de una condición devastadora: esclerosis lateral amiotrófica, que impide el control voluntario de la musculatura. Ha comentado que en esa condición, la de astrofísico y enfermo, entiende muy bien el concepto de vulnerabilidad, del universo y de los hombres.

Sin embargo, en sus propias reflexiones sobre el avance de la ciencia para proteger a la humanidad concluye que este no ha sido suficiente. Pese al enorme y variado progreso, muchas personas y grupos siguen vulnerables, aunque ninguno más que las personas con discapacidad, sobre todo entre los más pobres del mundo que tienen el mayor riesgo de sufrir violencia, desastres, gastos médicos exorbitantes, sumados los obstáculos en actividades cotidianas y básicas.

Hawking contrasta su situación privilegiada y su éxito profesional que le han permitido obtener toda la asistencia que necesita y sostener los enormes costos de la tecnología médica que le permite seguir trabajando al alto nivel que se encuentra, para concluir en seguida, en la injusticia de no haber similares chances para muchos otros como él y que no pueden demostrar a la sociedad la importancia de su colaboración, para no mencionar la oportunidad perdida de tener una vida plena.

En nuestro país hay intenciones concretas, como el Sello Chile Inclusivo, un reconocimiento que entrega el Estado de Chile a las empresas e instituciones públicas y privadas que realicen medidas de acción positivas internas hacia la inclusión de las personas en situación de discapacidad, un insuficiente grano de arena.

Basta con dar una mirada al entorno común y a la sociedad diaria para entender cuánto falta para responder eficientemente, los recursos y acciones faltantes. Mientras tanto, una reflexión sobre nuestra propia actitud sería algo bueno para empezar.

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