Editorial

El regreso de la peste

Por: Diario Concepción 17 de Julio 2016

La letalmente famosa Peste Negra, regresó a Londres en 1665, con una fuerza jamás vista en esa capital, empezó en el verano de Europa, Junio y Julio y continuó sin piedad alguna hasta Noviembre, volviendo al año siguiente para atacar al resto del país. En Londres pereció la quinta parte de la población, a razón de 3 mil a 5 mil muertes por semana.

El rey y la corte se refugiaron en Salisbury y de allí a Oxford, exclusiva villa sin indeseables enclaves de pobres, siempre inconvenientes. Efectivamente, los pobres, sin higiene, sin recursos, sin cultura y sin opción, morían como moscas, fue precisamente la epidemia de los pobres, arreció en las poblaciones más miserables, muchas casas fueros sencillamente aisladas, con sus habitantes dentro, clausuradas con un letrero piadoso, "que Dios tenga piedad de nosotros"

Como medida preventiva, para que murieran menos del personal sanitario, se autorizó a mujeres viejas, llamadas "indagadoras", que examinaran los cadáveres y constataran la causa del fallecimiento. Como suele decirse, por los amnésicos, todo tiempo pasado fue mejor.

Salvo que aparezca un germen enteramente desconocido y enormemente letal, no es dable esperar que se repitan, con iguales características capítulos como ese, sabemos que de vez en cuando hay epidemias, se menciona a veces, y no siempre con razón, de eventuales pandemias, pero hay medidas que logran poner las cosas en su sitio y reducir notablemente los costos en vidas. Salvo que la peste haya tomado otro carácter, que se exprese de una manera solapada e hipócrita, que nos enferme sin que tengamos conciencia y provoque bajas enormes, a lo mejor estamos contagiados y no nos hemos dado cuenta.

 

PROCOPIO

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