“Genera un impacto bastante importante, para lo cual es necesario prospectar”, advirtieron también desde Corbiobío.
Gremios, economistas y representantes del sector productivo de la Región del Biobío entregaron sus reacciones sobre el anuncio del cese de operaciones, por un tiempo indefinido, de las operaciones de la Siderúrgica Huachipato.
Junto con lamentar la numerosa pérdida de empleos directos e indirectos que traería la acción adoptada, los representantes sostuvieron que el cierre de la planta en Talcahuano puede producir graves impactos al desarrollo productivo y laboral del Biobío.
Desde el directorio de la Cámara de la Producción y del Comercio Biobío (CPC) comentaron que “este cierre, tras más de 70 años de operación en nuestra región, traerá consecuencias muy difíciles y complejas especialmente por la pérdida de puestos de trabajo estables y de calidad de miles de colaboradores directos e indirectos de la compañía en Biobío”.
De la misma forma, desde CPC enfatizaron que “el cese de operaciones de Huachipato tendrá un impacto altamente negativo, no sólo por los productos estratégicos de la industria del acero, sino por el encadenamiento productivo y tecnológico que aporta a nivel nacional y regional”.
Por su parte las entidades agrupadas en AGOP (Asexma Biobío, Asem Biobío, CChC Concepción, Corma Biobío – Ñuble, Irade, Pescadores Industriales del Biobío, Pymemad y la Unión de Gremios Pymes Biobío) sostuvieron que el cierre de operaciones en la planta siderúrgica representa “un golpe irreversible, que amenaza a miles de familias de forma directa e indirecta”.
Bajo esa línea, desde AGOP hicieron un llamado a las autoridades y actores públicos a “redoblar las acciones para proteger el empleo regional, y solicitamos la puesta en marcha de un plan que haga frente a la urgencia económica y al empobrecimiento progresivo al que se exponen las y los habitantes de la Región del Biobío”.
Carolina Parada, gerenta general de Irade, corporación que agrupa a las principales empresas productivas y de servicios de la Región, indicó que “es una noticia negra para la región, para la empresa, para sus miles de trabajadores y también para todo el encadenamiento productivo que opera en torno a esta tradicional industria. Y al mismo tiempo es la constatación de una emergencia económica que a estas alturas está viviendo nuestra región”.
Igualmente, Ariel Yévenes, economista del Observatorio Corbiobío, precisó que durante varios años el Biobío ha venido adoleciendo de un rezago económico productivo importante respecto, con cifras inferiores a los promedios nacionales.
“El cierre de estas grandes compañías que no sólo generan una gran cantidad de empleo directo, sino que también tienen un fuerte impacto en lo que dice relación con la articulación, con redes de proveedores, con redes de prestadores de servicios”, apuntó el economista.
Además, Yévenes complementó que “todo esto genera un impacto bastante importante, para lo cual es necesario prospectar, también con urgencia, nuevas vías hacia las cuales el sector productivo puede ir apostando en nuestra región y, por cierto, también ir evaluando con el tiempo las posibilidades de que eventualmente estas operaciones se puedan recuperar”.