Economía y Negocios

Claudio Huepe, ministro de Energía: “La idea es que las pequeñas empresas pasen a producir (pellet) en otra escala”

En 2021 se generaron cerca de 260 mil toneladas del biocombustible en el país. Ahora la cartera de Gobierno busca alianzas estratégicas con actores del sector, para poder garantizar el abastecimiento.

Por: Edgardo Mora 19 de Agosto 2022
Fotografía: Ministro de Energía

“La idea es que las pequeñas empresas pasen a producir (pellet) en otra escala” afirmó Claudio Huepe, ministro de Energía quien en entrevista con Diario Concepción abordó los detalles de la nueva “Mesa Nacional de Pellet”, la que busca asegurar el abastecimiento de este biocombustible, en todo el país; además de otros desafíos.

De hecho, en el lanzamiento de este plan oficializado durante esta semana, la cartera espera realizar un trabajo estratégico con otros estamentos estatales como Corfo y Banco Estado, pensando en el financiamiento de posibles fuentes de producción.

– ¿Cuánto presupuesto 2023 del Ministerio se espera destinar para construir un “plan de acción con medidas concretas” relacionadas con la cadena de valor del pellet?

– Tenemos dos tipos de financiamiento. Uno es en el que aportamos directamente a los centros de integrales biomasa, donde ponemos cerca de $200 millones por región, que corresponde a una parte. Las mayores vías de financiamiento que estamos analizando son la Corfo a través de programas específicos que pueden usarse para apalancar al sector, y el Banco Estado. Ambos participaron de la Mesa de trabajo para el pellet, donde la idea es que las pequeñas empresas pasen a producir en otra escala.

– ¿Cómo sería posible garantizar el abastecimiento de pellet a nivel nacional?

– En Chile hace 12 años, aproximadamente, había menos de 5 mil artefactos identificados a pellet y hoy se estiman en más 150 mil operativos, por lo que el crecimiento ha sido muy rápido. El año pasado se produjeron alrededor de 260 mil toneladas de pellet en el país, que corresponde a más del doble de lo producido dos años antes. Es decir, la industria del pellet ha crecido muy rápido en términos de capacidad productiva para ponerse a la par con el crecimiento de los artefactos.

El problema que tenemos ahora es que la industria del pellet ha crecido sobre la base del residuo de la industria maderera, y dada la baja en la demanda maderera ha habido una merma con los residuos. Entonces para garantizar el abastecimiento en el corto plazo se debe gestionar el material disponible para obtener más residuo maderero seco y en el mediano plazo (próximo año y el siguiente) buscamos expandir la capacidad de los productores actuales, gestionando la disponibilidad de mayor cantidad de materia prima (astillas y viruta para secado). Además de poner foco en las regiones con mayor problemas de acceso al pellet como Aysén.

En el largo plazo, estudiamos la posibilidad de generar plantaciones dendroenergéticas (plantaciones específicas para pellet) como complemento a los residuos, y promoveremos la Investigación y Desarrollo (I+D) para buscar otras fuentes, otros tipos de materias primas, para ser utilizadas, como se usa el pellet.

Ambiente

Huepe, ingeniero comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, cuenta con una Maestría en Economía de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente del University College de Londres. Su amplia carrera ha estado orientada al análisis económico, políticas públicas y regulación, principalmente en recursos naturales, energía y desarrollo sostenible. En este sentido, en su función de secretario de Estado, también debe abordar temas relacionados a la energía y el entorno.

-¿Considerando los problemas de escasez hídrica que vive el país, ve viable impulsar que productores de pellet tengan bosques propios?

– Sí. Son dos cosas distintas. Muchas de las fuentes dendroenergéticas no son necesariamente de riesgos específicos, diferentes de otras industrias. La gracia del I+D es que podemos buscar cuáles son los cultivos más eficientes para sus usos en distintas localizaciones. Por lo tanto, lo de la escasez hídrica no tiene una relación directa con el desarrollo de fuentes dendroenergéticas ni con el pellet.

– Ya que abordó el I+D, ¿habrá más inversión para el desarrollo de la industria del pellet desde su Ministerio?

– Se ha hecho algo. Ha habido algunos proyectos FIC (Fondos de Inversión para la Competitividad) financiados y queremos orientar con Corfo y la academia acciones para más I+D, específica para el desarrollo de alternativas de materia prima o de complementos (al pellet).
– ¿Y en el ámbito de política pública hay algún incentivo a la inversión privada en I+D para desarrollos ligados al pellet?
– Estamos empezando el trabajo en esa dimensión para más largo plazo, identificando líneas posibles para lo cual nos reuniremos, además, con el Ministerio de Ciencias.

-¿Para la adquisición de estufas a pellet qué posibilidad hay de ampliar la cobertura de subsidios para dar mayor accesibilidad en el 2023 en el Biobío?

– Entre las opciones de largo plazo hemos considerado el desarrollo de la industria, y dentro de esto uno de los temas es el desarrollo de artefactos para que se adapten a distintas situaciones. Sabemos que hoy los artefactos disponibles, en general, son de un tamaño y costo relativamente elevados por lo que procuramos hacerlos más accesibles y asequibles en el contexto de la Mesa de Pellet. Analizamos el desarrollo de una industria local de artefactos adecuada a nuestra realidad.

– ¿Calificaría la importación del crudo más barato desde Vaca Muerta (Argentina), a través de la reactivación del oleoducto trasandino, como un avance energético para el Biobío y el país?

– El oleoducto que se reactivará es un avance porque dará seguridad de abastecimiento además de un menor precio que es muy relevante para efectos de la Región del Biobío que refina para todo el país. Es algo que se estaba haciendo y pedimos acelerar, para que ojalá esté operativo para fines de año o comienzos del próximo, ya que es importante también para la seguridad energética del país. Aunque estamos en periodo de transición energética, durante algunos años todavía necesitamos garantizar el aprovisionamiento de combustibles. Así que esto es una tarea muy prioritaria para nosotros en coordinación con Enap.

– Eduardo Bitrán, presidente del Club de Innovación propuso que Enap Biobío asumiera un rol de abastecedor de hidrógeno verde para la industria relacionada en la Región, ¿ve esto factible en un mediano o corto plazo?
– Es una de las materias en que Enap está trabajando y le hemos pedido trabajar en ello. Sabemos que Enap hoy es lejos el mayor demandante de hidrógeno en todo Chile, y lo provee una empresa externa (hidrógeno gris). Así que es una de nuestras ambiciones inmediatas que hemos estado conversando con Enap, para que este hidrógeno gris cambie a verde lo antes posible, y esperamos verlo reflejado en el próximo plan de la empresa.

– ¿Cree que con la renuncia de Julio Aranis Vargas al cargo de Gerente General de Enap se postergan estos procesos?
– No lo creo, porque no depende de eso. Existe algo establecido anualmente donde el Ministerio de Hacienda junto al Ministerio de Energía solicitamos un plan de desarrollo de negocios a Enap, el que la empresa entrega y luego se revisa, y con eso se determinan sus puntos de acción para el siguiente periodo.

– ¿Se dio a conocer una inversión de $4 mil millones para un plan de 200 taxis eléctricos para el Gran Concepción, Lebu y Los Ángeles, pero la duda es ¿hay suficientes cargadores eléctricos o “electrolineras” para ir mejorando el desarrollo de esta industria en la Región del Biobío?

– Algo interesante de esta propuesta es que generará una demanda estable que permitirá avanzar en la generación rápida de las instalaciones o infraestructura que se requiere para contar con las cargas necesarias, y la ventaja al hablar de transportes colectivos es que se pueden organizar los sistemas necesarios para abastecer estas flotas.

-¿En qué está el Plan Gas Chile?

– Estamos en la etapa piloto no comercial. Enap en este minuto está identificando temas logísticos, administrativos y de gestión para ir avanzando en el objetivo de cómo minimizar los costos de acción del sistema de tal forma de proveer un gas al menor precio para los clientes con el rigor económico y técnico que se requieren.

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