Economía y Negocios

Kioscos: la dura realidad de los adultos mayores que cuidan sus negocios

Cuarentenas, escasez de papel y su edad han sido factores determinantes a considerar para dar continuidad a sus actividades. Ayudas del Estado como el IFE y apoyo de Sercotec alivian las cargas.

Por: Edgardo Mora 09 de Diciembre 2021
Fotografía: Foto Carolina Echagüe

Años batallando contra el frío o el calor típicos de “tropiconce” y ahora el estallido social y la pandemia golpean el sustento de tres adultos mayores de muchos que están detrás de los kioscos de Concepción y sus alrededores.
Rosa Arias, con un poco de pudor por sentir que revelaba su edad confiesa que lleva casi 50 años trabajando en su pequeña estructura de no más tres por tres metros en la esquina de O’Higgins con A. Pinto.

Como otros de sus colegas debió invertir cerca de $1.500.000 para reparar los daños que tuvo tras los desórdenes del llamado 18-0.

Adicionalmente, las cuarentenas la tuvieron con su local cerrado por bastante tiempo y luego con aperturas intermitentes que si no hubiera sido por los apoyos del Estado con un 20% más por ser mujer, dice que no habría sabido cómo seguir adelante con su negocio.

Sin embargo, los problemas más graves hoy tienen más que ver con que ya casi no le llegan diarios ni otros impresos lo que obedecería, según le han informado, a la escasez de papel.

Otro punto relevante para Arias tiene relación con la falta de abastecimiento de algunos productos que ya no llegan y la carencia de estudiantes universitarios circulando por el centro.

Ramón López, presidente del sindicato provincial de suplementeros de Concepción cuyo kiosco se ubica en Barros Arana entre Cervantes y Castellón, acusa que el gremio ha vivido momentos muy difíciles principalmente producto de la pandemia debido a que la gran mayoría se los suplementeros pertenecen a la tercera edad.

Kiosco de Ramón López Foto Carolina Echagüe

“Hay que pensar que tras lograr contar con los permisos para poder vender muchos de los suplementeros de la tercera edad han puesto en riesgo sus vidas ante la alta posibilidad de contagio para poder salir adelante con sus negocios”, resalta el presidente del sindicato.

Coincide con Arias en que ayudas como el IFE han sido muy importantes para poder tener continuidad en sus actividades “aunque con un porcentaje bajísimo de suplementeros trabajando”, afirma López.

Requerido acerca de otros apoyos por parte de la autoridad, enfatiza que “recién ahora nos estaría llegando una ayuda desde Sercotec a los cerca de 150 suplementeros en Concepción y en otras regiones”.

Olga Silva, cuyo local se ubica en Castellón 435 al llegar a O’Higgins, comenta que las ventas han estado muy malas.

“Se ve más gente circulando, pero no compran nada”, se queja la suplementera junto con confirmar que efectivamente habría una escasez de papel y que le han dejado de llegar varios impresos que antes de la pandemia tenía a disposición de sus clientes.
Silva dice que ahora básicamente debe conformarse con la venta de cigarros y dulces.

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