Especialista en Asuntos Económicos del organismo catalogó de “dramático” el escenario del presente año, cuando se vislumbra que cerrarán 2,7 millones de empresas y se perderán 8,5 millones de empleos en América Latina.
Producto de la pandemia, el PIB de América Latina caerá en -9,1% y el de Chile lo hará en -7,9% este 2020 producto de los efectos de la pandemia, proyectó la Cepal.
Asimismo, los niveles de pobreza en América Latina y el Caribe retrocederán catorce años y el crecimiento del PIB per cápita lo hará en diez años hacia fines de 2020, según informó el experto en Asuntos Económicos de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Marco Dini.
El especialista abordó las consecuencias que está dejando la “peor crisis sanitaria en 100 años”, en el marco del 36 aniversario de Corbiobío.
Dini añadió como cifras macro, enfatizando que es una foto general de América Latina con sus respectivas diferencias entre países, que en los próximos meses se llegará a las 2,7 millones de empresas formales cerradas producto de los efectos pandémicos, 2,6 millones de las cuales son microempresas y 100 mil pequeñas, datos que reflejan la magnitud con la que está golpeando al mundo entero esta enfermedad, sostuvo.
“Esto implicará la pérdida de 8,5 millones de puestos de trabajo formales sólo por el cierre de empresas. Los sectores más afectados serán el comercio, que perderá 1,4 millones de empresas y 4 millones de puestos de trabajo formales. El turismo perderá por lo menos 290. 000 empresas y un millón de puestos de trabajo formales”.
Sin embargo, Dini explicó gráficamente que países y regiones del mundo más desarrolladas están en un mejor pie para la esperada recuperación económica, puesto que poseen mayores niveles de productividad, factor primordial que junto a las nuevas tecnologías que facilitan una mayor eficiencia, serán la clave para la reactivación de la economía de los respectivos países.
Dini planteó que la base de las economías afectadas en la Región de América Latina son las micro, pequeñas y medianas empresas, coincidentemente las más golpeadas, y las que son menos productivas respecto a las grandes, razón que exige el uso de nuevas tecnologías para elevar los niveles de productividad.
“La búsqueda de mayor productividad y eficiencia debe llevar a una transformación sustentable e inclusiva”, enfatizó Marco Dini.
Por otra parte, si bien la Cepal valora los esfuerzos de los gobiernos pro liquidez, preocupa que muchos de esos beneficios fueron planificados a un horizonte de corto plazo, pero la pandemia no afloja, por eso sugieren desde la Cepal ampliación de los plazos y alcances de las medidas de liquidez y crédito; cofinanciamiento de la nómina salarial; transferencias directas a trabajadores autónomos y apoyo a las grandes empresas de sectores estratégicos severamente afectadas por la crisis.
“En el caso de contribuciones en efectivo a 15 millones de trabajadores autónomos formales por seis meses, por un monto de entre 300 y 500 dólares según la situación de cada país. Esto implicaría un 0,8% del PIB (0,9% en el caso de Chile).