Economía y Negocios

El silencioso retiro de los haitianos que buscaban una oportunidad en Concepción

Muchos comenzaron a irse tras el estallido social a países como Brasil o México, mientras que otros se quedaron en la zona en medio de la pandemia.

Por: Felipe Placencia 10 de Agosto 2020
Fotografía: Archivo | La Tercera

La llegada de miles de haitianos al país, incluyendo al Gran Concepción, sin duda es uno de los sucesos que marcó la última década.

El debate fue importante, ya que significó un desafío cultural, político, de asistencia pública y de desafíos de derechos laborales. Uno que sigue a la fecha.

Hoy, según datos entregados por la Gobernación Provincial, los haitianos no son los que más tramitan en el Departamento de Extranjería y Migración.

Sólo 260 personas de esa nacionalidad han realizado procesos regulatorios que exigen la normativa, durante este último periodo, muy lejos de los venezolanos, con 2.585.

“Desde el estallido social, muchos se han ido a Brasil, México y Haití”, explicó Ebens Jean- Louis, vocero de Haitianos en Concepción.

Los motivos son variados: las dificultades con el idioma, la burocracia para tener al día sus papeles y porque, finalmente, Chile no era el destino final.
Por otro lado, las dificultades propias de ganarse un espacio en la sociedad chilena son otros de los factores.

Bien lo sabe Carmen González, a través de su Fundación Unibi, ha jugado un rol importante como vocera de los haitianos en la ciudad desde el primer minuto.

“Otros toman los vuelos humanitarios que dispuso el Gobierno”, aseveró.

Los que se quedaron en la zona, decidieron seguir buscando una oportunidad y con la pandemia no ha sido fácil.

“Algunos se contagiaron de coronavirus y, luego, perdieron sus trabajos. Igualmente, no han podido acceder a sus seguros de cesantía, porque tienen el carnet vencido, pese a que se extendió un año más la vigencia”, contó la vocera de Unibi.

Ante la demora de los papeleos, los jefes que tienen en sus filas trabajadores haitianos se impacientan.

“Hay gente que ignora las leyes de los inmigrantes y los despiden”, lamentó González.

Y ahí está Unibi, que ha ayudado con su red de contactos. Uno de los casos que les ha impactado es el de una familia que tras un accidente casero, su bebé sufrió quemaduras. Fue llevada al hospital, pero allí se contagió de coronavirus.

“Es terrible. El papá se queda en la casa en cuarentena y la mamá va ver a la pequeña al hospital”, contó González.

Ebens Jean-Louis sólo tiene palabras de agradecimiento para Unibi y a otras agrupaciones e instituciones como la Iglesia. “Soy amigo del padre de la parroquia en Pedro del Río. Allí les dan canastas de alimentos para enfrentar la pandemia u otros problemas”.

Sin rendirse

Sin embargo, pese a la adversidad, son varios los que se han ganado un lugar a punta de esfuerzo. ”Hay una pareja que estudia en la universidad. Él prevención de riesgo y ella gastronomía. Otros tienen puestos en la feria. Vaya usted a Barrio Norte, Villa Cap y verá como comercian artículos y verduras. Les va bien”, subrayó González.

Algunos con esfuerzo han comprado su primer vehículo, pero la felicidad es empañada con muestras de hostilidad. “A un chico le quebraron todos sus vidrios. Eso fue después de que mataran a un haitiano. Son muestras de racismo”.

A lo que se refirió la señora Carmen González, sobre el asesinato de Wilson Augustin (30) en manos de M.M.L (42), un jueves 18 de junio. Todo habría sido por un cigarrillo, pero la Fiscalía estimó que podría existir un agravante racista.

Ebens Jean-Louis , reveló que efectivamente muchos de sus compatriotas piensan que algunos chilenos tienen actitudes de esta índole, pero finalmente, “como en todos los países”. Es por ello que se esfuerzan al máximo por seguir adelante.

“En mi caso estoy bien y estoy satisfecho. Tengo dos años y cuatro meses trabajando en montaje de andamios, y también trabajo en la UdeC como colaborador, como docente, enseñando en un ramo que se llama Introducción a la cultura y a la lengua creole”, dijo Ebens, con orgullo.

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