En enero de este año el Fondo de Solidaridad e Inversión Social de la Región del Bío Bío lanzó un programa de emergencia para ir en apoyo de emprendedores y trabajadores afectados por el estallido social que tuvo lugar entre octubre de 2019 y febrero de 2020, iniciativa que benefició a 80 personas del Gran Concepción y que culminó luego de seis meses de acompañamiento integral.
Cabe precisar, que debido a la emergencia sanitaria por el coronavirus no se pudo realizar la tradicional ceremonia de finalización, por lo que en su lugar y atendiendo las necesidades actuales se le entregó a cada participante una canasta de alimentos junto a su respectivo diploma.
Se trata de pequeños emprendedores que perdieron sus negocios tras los saqueos y ataques que vieron mermadas sus ventas por el cierre anticipado del comercio penquista, además, el proyecto incluyó a trabajadores dependientes que perdieron sus fuentes laborales a causa del estallido social para que se reinventaran a través del emprendimiento. El programa denominado “Yo Emprendo Semilla Emergencia”, les entregó un financiamiento de $490.000 para reactivar sus ingresos, además, de capacitación en técnicas de venta, área contable, educación financiera y marketing.
En este sentido, el director regional de Fosis Bío Bío, Joaquín Eguiluz Herrera, quien se comunicó a través de video llamada con algunos de los participantes, destacó que “esta es una iniciativa que va en línea con las medidas adoptadas por el Gobierno para ir en apoyo de miles de emprendedores afectados por el estallido social a lo largo del país (…) quisimos estar presente y tenderle una mano a 80 personas que vieron mermadas sus ventas o que perdieron los ingresos familiares”.
Resaltó que “a través de la entrega simbólica de esta caja de alimentos estamos dando término al paso exitoso de todos los participantes, quienes hoy pueden decir que cuentan con los recursos necesarios para volver a ponerse de pie”.
Uno de los beneficiados fue Leonel Sepúlveda, emprendedor en situación de discapacidad de la comuna de Penco, quien hace años se ubica con su carro de bazar y paquetería en la esquina de Av. O’Higgins con Caupolicán. Recuerda con pesar aquellos meses del estallido social comentando que “me vi muy afectado porque no pasaba gente. Se podía solo trabajar hasta las 11:00 de la mañana, porque a las 12:00 comenzaban los desórdenes y teníamos que guardarnos para no perder la poca mercadería que teníamos”.
Aseveró que “con este proyecto me gané mucho, gané el poder seguir trabajando, seguir llevando el sustento a mis hijos y a mi señora, aquí en la esquina del Banco Itaú”.
Otra de las que recibió beneficio fue Juana Norin, emprendedora de Chiguayante que tiene un carrito de confites afuera del Teatro Universidad de Concepción. “Para mí fue muy perjudicial, tuve que retirarme de este lugar por las marchas, porque cada día iban aumentando así que traté de trabajar en las ferias y hoy me veo de nuevo aquí, lo que para mí es motivo de bendición”.
Agregó, que “doy gracias a Dios que me salió este proyecto y gracias a eso volví a trabajar aquí (…) compré todo lo que es confite, bebidas, unas mesas y un carrito para llevar mis cosas”.
Asimismo, Ana Mora, emprendedora de Concepción que tiene un puesto de confites y palomitas de maíz detrás del Palacio de Tribunales, recalcó que “perdí mucha mercadería, tuve que cambiar las ruedas de mi carro y gracias a Dios y al Fosis tengo mercadería, lo que me ha ayudado a juntar dinero para pagar mis cuentas, como se dice ya no estoy ahogada”.
Por otro lado, Marta Pilgrin, emprendedora de San Pedro de la Paz; manifestó que “para el estallido social me fue muy mal porque me robaron cosas y se me vencieron otras, me dejaron sin nada. Gracias a Fosis y la cosas que me dieron pude empezar de nuevo”. Además, quiso enviarle un mensaje a quienes siempre le han comprado en su puesto ubicado en la intersección de Barros Arana con Aníbal Pinto: “Le digo a toda mi clientela que aquí estoy nuevamente empezando para que me vengan a comparar las ricas palomitas”.