Advierte que hay que reconvertirse con la innovación, porque ya no será lo mismo. Además, apela a que tenemos potencial para compararnos como el Macaos de Sudamérica.
Se define a sí mismo como “tecno-optimista”. El empresario y presidente ejecutivo del grupo Mall Connection, Daniel Jiménez, hace un análisis económico de lo micro a lo macro con una mirada positiva para Bío Bío, pero sin dejar ser realista.
– ¿Cómo ve a la Región respecto a la crisis?
– Creo que Bío Bío es una especie de Macaos más chico, donde Macaos es la segunda economía per capita más grande del mundo, con 665 mil habitantes, es decir, un puñado de cristianos insertos en China, pero que tienen autonomía.
Las ventajas comparativas y competitivas de Macaos es que tienen puertos, autonomía y donde independiente de que el Estado influya en nuestra zona, en lineamientos generales, tenemos madera, tenemos puertos y no sé cuánto vale hoy día lo de la Enap o lo de Cap y también tenemos gestión propia, porque somos autónomos en hartas cosas, entonces, creo que a la Región, la Covid-19 le pegó menos fuerte que a otras zonas como Santiago.
Si en Bío Bío hacemos las cosas bien, los líderes logran generar incentivos correctos, potencialmente, saldremos muy ganadores con esta crisis, porque hay mucha innovación y mucho talento. Mucha materia prima para hacer las cosas diferentes, las que finalmente sean las que salven la economía de la zona.
Es en este momento en que las universidades, los grandes pensadores y líderes en la zona tienen que impulsar con mucho más fuerza, todo lo que es innovación, hay que reconvertirse con la innovación, porque ya no será lo mismo.
– ¿Cómo abordaría el problema del financiamiento para potenciar desarrollos de innovación más I+D y nuevas tecnologías en la Región?
– Los países grandes se dieron cuenta que si no tenían I+D nunca serían desarrollados. Para mejorar los indicadores económicos lo primero es tener una inversión estructural.
– ¿Esta inversión estructural debe ser pública y privada?
– Cuando creemos que el Estado es el salvador de todo, estamos perdidos, porque más Estado es mayor empobrecimiento de las personas. Aquello que importa es que la economía sea virtuosa, donde el Estado es regulador y el privado que ve beneficios en esta alianza para impulsar dinámicas de la economía que, finalmente, terminan siendo la estabilidad económica del mañana. Este es el gran paso que hay que generar. Aquí, tanto el Estado como los privados, ven oportunidades.
– ¿Cómo visualiza que vendrá la recuperación económica tras la pandemia, con una curva en V, U o L?
– Para mí, ninguna de las anteriores, porque es la W, como es un blackout, cualquier cosa que hagamos bien, habrá otra cosa que nos va a frenar. Aquí lo único que no va a fallar es la tecnología, porque por suerte, depende muy poco del ser humano y hoy día tiene la capacidad de hacer más eficiente al ser humano, por eso, me considero un tecno-optimista. El tema está en cómo hacerlo para estar en el vaso que se está llenando y no en el que está vaciando.
– ¿Cómo ve que evolucionará la situación entre China y EE.UU.?
– Hoy día hay una declaración de guerra tácita entre China y EE.UU. Cuando China declara que todo lo transable debe ser bajo Yuanes, abre un espacio gigantezco, donde, para mí, eso, es un tema de tiempo, donde ya China dijo lo que iba hacer y lo va hacer.
Lo de China es una señal, no un ruido, porque hoy día China está conectada con todo el mundo, tanto así que Inglaterra le dijo que sí al 5G, pero no le da la trazabilidad a todo evento, en el fondo dice, yo acepto la tecnología, pero yo tengo el control. Pero la pregunta es, quién necesita más del otro. Aquí es donde se genera la verdadera reflexión de lo que está pasando. Será que China necesita más al resto del mundo o el mundo necesita más a China.
– ¿Por qué es importante dar un mensaje de esperanza sin perder realismo y con ciertos grados de objetividad?
– Lo que se viene es complicado, muy complicado y lo malo de todo esto es que no existe hoy día una evidencia empírica, y no hay cómo interpretar a qué nos debemos atener, porque lo que no destruyó el virus, lo destruirá la cura y eso es peligroso. Sí no nos damos cuenta que lo que tengamos que hacer tiene la palabra inteligente, estamos mal.
Hoy día está todo oscuro y se ve todo negro porque nadie sabe lo que va a pasar, y como empresario me gustaría dar una luz de esperanza respecto que dentro de lo que viene, no todo es siempre malo. Lo bueno es que estamos en una zona donde tenemos todos los componentes potenciales que nos podrían dar para compararnos como el Macaos de Sudamérica.