Para los gerentes, administradores y cofundadores la consigna es virtualizar servicios y reducir costos sin perder la colaboratividad ni la sinergia propia de este tipo de desarrollos en tiempos de aislamiento.
Pasar a la modalidad online, reducir costos al mínimo y contar con una atractiva oferta virtual son parte de las estrategias a las que se aferran actualmente los coworks penquistas ante el avance de las cuarentenas, los espacios vacíos y locales cerrados.
Ricardo Campos, gerente general de Working Place resalta que “los dueños, las personas que tienen los coworks en general son emprendedores y como tales creo que se les hará fácil ver oportunidades donde el principal desafío es saber adaptarse en base a algo que ya se venía haciendo anteriormente que tiene que ver con canales online, con el uso de tecnología y con e-commerce”.
En este sentido, para Campos es importante “el cómo somos capaces de generar un spin off con un modelo de negocios rentable para poder seguir avanzando durante este periodo de cuarentena, así como también ver cómo somos capaces de reducir los costos al mínimo posible”.
En el caso de Francesca Pastorini, administradora del coworks Meet afirma que “decidimos cerrar el 18 de marzo la atención a público por motivos de higiene más que nada donde a diferencia de otros coworks llevamos más de un año sin ningún financiamiento Corfo”.
Pastorini dice además que “estamos enfocados en emprendedores independientes de empresas pequeñas, muchas de ellas extranjeras, que necesitan formalización, cuyas asesorías las estamos haciendo armando grupos de WhatsApp; por videoconferencias y reuniones virtuales diarias desde las 19:00 horas y hasta las 21:00 o 22:00 horas con participantes muy motivados”.
Iván Fierro, cofundador de Casa W reconoce que “hoy en día la principal complejidad es no poder abrir nuestras puertas al público”.
Fierro apunta también a que “la esencia del coworking se basa en la colaboración entre personas, Startups y pymes, mucho dado por la sinergia que se logra al compartir un espacio de trabajo día a día, y nuestro mayor desafió radica en cómo podemos continuar promoviendo estás prácticas en tiempos de aislamiento social”.
La forma en que Casa W está enfrentando las nuevas exigencias, según su cofundador, es “mudando nuestros servicios de asesoría, gestión de comunidad, y acceso a redes a un formato online, donde mantenemos abiertos todos nuestros canales digitales en horario laboral y de forma remota”.
Consultados por la proyección de los coworks en el presente año, la visión común es optimista estimando un repunte a partir 3 a 4 meses más.