Economía y Negocios

Joven emprendedora habla de la ayuda que es más útil tras 18-0 y COVID-19

Después de casi un año de operaciones, ventas disminuyeron un 80%. Bajar costos de arriendo, aplazar cobranzas y congelar intereses serían ideales, según comenta la dueña del negocio.

Por: Edgardo Mora 29 de Marzo 2020
Fotografía: Cedida

Una realidad que puede representar a muchos emprendedores después del 18-0 y ahora con los efectos del COVID-19 es la que vive actualmente Carla Essmann, una joven emprendedora, cuyo local de comidas se ubica en Paicaví, casi llegando a San Martín.

Pese a los esfuerzos para desarrollar su emprendimiento, cuyos inicios se remontan ya a casi un año (19 de abril de 2019), Essmann afirma haber quedado fuera de beneficios pese a haber postulado a ellos.

Hablamos de un pequeño local, cuyas ventas bajaron un 80%, primero, por efecto del 18-0 y, luego, por las consecuencias del COVID-19. “El mes de septiembre terminó como un verdadero desastre. En octubre y noviembre la incertidumbre se mantuvo, desaparecieron proveedores y cambiaron seriamente los costos. Fue necesario repensar el negocio en su totalidad, tratando de no afectar nuestra oferta en la forma, la calidad y el servicio para recuperar a nuestros clientes, y así responder de la mejor manera posible a nuestro personal y compromisos”, recuerda la emprendedora.

En relación a las consecuencias que ha debido enfrentar en relación al COVID-19 dice que “Imagínese, a pesar de todas las innumerables dificultades diarias generadas por el 18-0, estamos aprendiendo un nuevo ritmo de trabajo, con todavía muy baja clientela, y aparece el COVID-19, como todas las Pymes, emprendedores y ciudadanos del país nos costó creer lo que venía, ya que no sólo están en juego nuestras actividades laborales, sino que también la salud y la vida”.

Pero como muchas otras emprendedoras, Essmann saca fuerzas para intentar seguir adelante con su negocio.

“Como en los hechos anteriores, no hemos bajado los brazos y sigo creyendo que lo superaremos, aunque en lo operacional, como es lógico suponer, tiene mayores dificultades que la etapa anterior, nuestras ventas diarias no superan el 20% de lo que habíamos logrado recuperar a la fecha”, afirma la dueña del local Cómeme.

Requerida respecto a si ha postulado a beneficios del Estado, dada su realidad, explica que “he postulado, pero no hemos logrado nada”. Y ante la pregunta de si el no haber sido saqueada le impide acceder a beneficios, respondió: “Supongo que sí, ya que hay otros que lo perdieron todo. Sólo puedo suponer que es un tema de prioridades de acuerdo al daño visible recibido”.

Baja en las ventas

En relación a cuánto han bajado sus ventas, sumando los efectos del 18-0 y el COVID-19, detalla que la disminución ha sido de un 80% en total.

Al consultarle sobre qué tipo de apoyo pediría a las autoridades, indica: “la gran pesadilla de los comercios Pymes son los arriendos, las inmobiliarias han hecho ajustes en consideración a lo ocurrido, pero resultan ser marginales, dada la magnitud del daño recibido en el comercio, más aún si se le agrega una muy lenta recuperación de las confianzas en todo sentido”.

Otro punto importante para Essmann es también que “el Estado debiera dar, desde ya, una potente señal al mundo chileno del dinero y suspender la aplicación de intereses en todo tipo de deudas y cobranzas durante este año, además, disminuir los parámetros de cobros de interés que se aplican a créditos y compras de toda índole.

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