Don Carlos Werner fue un connotado administrador y propietario de la empresa Bellavista Oveja Tomé, a principios del siglo XX. La mayor tragedia de su vida fue la pérdida de su hija Edith, con apenas los veinte años. En su memoria, sus padres resolvieron erigir el templo Cristo Rey, que anuncia a los viajeros, con su mística belleza, que ya se encuentran en la ciudad puerto.
Las obras se iniciaron en septiembre de 1921 y tardaron dos años. La campana tiene la siguiente inscripción: “que los sones de esta campana, sean los ecos de su alma piadosa que levanten las almas a Dios. A EDITH WERNER 12 septiembre 1923”. La capilla fue nombrada parroquia y bendecida en octubre de 1952, por el arzobispo monseñor Alfredo Silva Santiago.
El terremoto del año 1939 derribó la cúpula pequeña y dejó trizada la más grande. Fue reconstruida con un nuevo diseño, en cobre repujado, el año 1948. Sufrió bastante con los terremotos de 1960 y 2010, a lo que debe sumarse el daño natural causado por el tiempo y la cercanía del mar. Pero se mantiene siempre firme, estimulando la espiritualidad de los habitantes del tradicional barrio de Bellavista.
Armando Cartes
Carolina Echagüe M.