Por años fue el gimnasta número 2 de Chile, a la vanguardia de Tomás González. Dueño de una disciplina y tesón a toda prueba, Christian Bruno Decidet (35) se las arregló para saltar de provincia al primer plano de la gimnasia sudamericana y continental, con su punto más alto en el Panamericano de Sucre, Bolivia, donde logró una histórica medalla de bronce.
En paralelo a su destacada carrera deportiva, se recibió de ingeniero comercial, sin saber que su vida seguiría íntimamente ligada al deporte de los anillos y caballetes, donde en una transición meteórica, se consolidó como el entrenador chileno más destacado del momento.
Bajo su cargo está la totalidad de la selección chilena masculina, además de Francesca Santi, la nueva cara de la gimnasia femenina y que el año pasado vivió su mejor temporada, con el oro en los Bolivarianos de Valledupar y otro podio en los Juegos Suramericanos de Asunción.
Luciano Letelier, medallista sudamericano desde la categoría Pre-Infantil hasta Juvenil y plata panamericana, es solo una de las caras del trabajo comenzado hace alrededor de seis años por Christian Bruno y su Club Olympic, con sede en Concepción.
A él se suman otros promisorios exponentes como Josué Armijo, podio en los Juegos Odesur; Diego Espejo, medallista juvenil Odesur; Cristóbal Cuevas, medallista panamericano juvenil, e Ignacio Varas, finalista de la copa del mundo 2022 donde fue cuarto detrás de tres medallistas olímpicos. Apenas una muestra de los frutos de una labor que parece no tener techo.
“Por un tema de ingresos, ya trabajaba como entrenador cuando todavía era deportista. En 2017 partí con niños pequeños haciendo escuela en el club de Claudia Perelman, los mismos chicos que hoy integran la selección. Hemos construido todo un camino juntos, se fueron agregando otros y hoy tengo un grupo de 16 deportistas entrenando en el Centro de Alto Rendimiento (CAR), todos ellos con resultados internacionales bien importantes. Estoy con la mayoría de la selección masculina adulta y dos juveniles que me quedan, además de la Francesca (Santi)”, sostiene.
“Fue un proceso paulatino, con el tiempo se fueron dando las cosas. A los dos años Luciano ya era campeón sudamericano infantil, los niños empezaron a hacer selección y como yo venía del alto rendimiento, con el sistema cubano en mi cabeza pero operando en Chile, entendía muy bien como trabaja el chileno”, complementa.
Así nació un sistema propio, en el que Bruno une diversos métodos al servicio de los resultados.
“Es un sistema mixto, porque yo no tengo la estructura básica nacional, soy un técnico que tiene el sistema cubano en la cabeza porque así me formó Joel Gutiérrez, y el mix se completa con entendiendo al chileno. Tuve que ayudarme desde lo teórico, estudié mucho para conocer cómo funciona el cuerpo humano y ser un mejor entrenador. Y así ya dejó de ser una medalla infantil, pasó a ser una medalla juvenil, hace tres años atrás nos metimos de manera histórica con una medalla panamericana en all around después de Estados Unidos, con alumnos que yo había formado desde los 11 años; eso marcó el camino”, asevera.
“Nos comportamos lo más profesional posible en todos los ámbitos, desde tener un equipo multidisciplinario, utilizar los recursos que tiene el CAR, estar con los médicos, evaluar a los chicos constantemente, que vayan al nutricionista, que se hagan exámenes de sangre y que los evalúe periódicamente nuestro kinesiólogo. Conocer cada una de las variables para tener buenos entrenamientos, y hacerlo todo muy individualizado, porque cada deportista es diferente y apunta a distintos objetivos”, añade.
A juicio de Bruno, esa metodología los tiene hoy a la vanguardia en el país. “Como nunca antes, hoy tenemos 13 gimnastas peleando cupos para la selección adulta y a la vez estudiando en la universidad. Eso no pasa en Sudamérica, quizás en Brasil donde son quintos del mundo por equipos. Trato de tomar lo mejor de los sistemas que he visto a nivel mundial, los estadounidenses van a la universidad, los cubanos tienen mucho rigor porque entienden lo que es la necesidad, los europeos son muy disciplinados. Así lo hacemos y nos da resultados”, señala.
Y cierra, “no te miento, es cansador porque es 24/7, pero es la única manera de obtener resultados. Así espero cumplir mis grandes sueños, que son llegar a una final mundial con algún gimnasta, clasificar a unos Juegos Olímpicos y lograr una medalla en Juegos Panamericanos. Hacia allá apunta todo este esfuerzo”.
No hay duda que el gran evento de esta temporada son los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, instancia a la que la gimnasia chilena apuesta fuerte. Para ello, el equipo dirigido por Christian Bruno será parte del Prepanamericano que se desarrollará en Medellín, Colombia, en mayo próximo.
“La meta es clasificar al equipo completo y poder disputar al menos dos medallas. Van cinco gimnastas y deben quedar entre los siete mejores equipos de América para clasificar al equipo completo, de lo contrario solo tendríamos dos cupos”, sostuvo el entrenador.
“Estoy seguro que habrán muchos gimnastas chilenos en finales, algo que nunca ha sucedido. Hicimos un catastro técnico y definimos que existen por lo menos ocho gimnastas chilenos con el potencial para disputar una medalla panamericana”, concluye.