Deportes

Crónicas Inmortales- Parte II

Por: Diario Concepción 07 de Diciembre 2022
Fotografía: Corporación CD Fernández Vial

Por Marcelo Mena
Secretario Corporación CD Fernández Vial

El Arturo Fernández Vial es el club  más antiguo del centro-sur de Chile y, desde su mismo nacimiento, adquiere una impronta diferente. Mientras los clubes deportivos se organizaban entre asociados de alguna nacionalidad en particular junto a los nacionales descendientes de éstas, o de jóvenes pertenecientes a algún colegio, los integrantes del ‘Vial’ decidieron romper con esta lógica. Y, con una irreverencia absoluta, establecieron que podrían formar parte de su club tanto nacionales como extranjeros, y de cualquier nacionalidad.

Después de investigar a sus fundadores, podemos agregar que este club rompió con más esquemas, pues en sus filas existió gente con profesiones y oficios de alto reconocimiento social, así como también empleados sin capacitación en oficios específicos. Gente de origen humilde y de clases sociales altas, todos juntos, reunidos en torno a una sola pasión. Podemos decir que, de forma efectiva, aquí no existió distinción alguna, más que un verdadero espíritu deportivo.

En un comienzo las primeras canchas utilizadas entre los nacientes clubes de futbol fueron la cancha del Club Hípico, ubicado entre calles Argentina y Aníbal Pinto; la cancha de la Alameda, (Parque Ecuador) en su  extremo oriente, y en el sector denominado La Pampa, entre la estación Andalién, y calles Rengo y Argentina.

Sin embargo, entre estos primeros emplazamientos deportivos, la Plaza Cruz resulta ser la de mayor relevancia ya que ahí surgen los dos primeros clubes de la ciudad, y  ‘su primera rivalidad futbolística’. Inaugurada oficialmente como plaza un 13 de octubre de 1907, fue el primer domicilio del Internacional F.C. lo que marcaría su destino ferroviario definitivo, ya que este lugar también era uno de los emplazamientos de trabajadores de Ferrocarriles del Estado.

Nace la leyenda

Tomando en consideración la transversalidad con la que se constituyó el club, posiblemente haya sido sencillo para estos ferroviarios integrarse al Internacional F.C. considerando que entre ellos también coincidió la existencia de un contingente de personal extranjero de diferentes nacionalidades y amantes del futbol, encontrando el espacio ideal para practicarlo. Después de estudiados los antecedentes descubiertos, es factible considerar que el Internacional F.C. haya sido adoptado por el mundo ferroviario, más que gestarlo propiamente tal.

La particularidad de la conformación societaria del Internacional F.C. da cuenta de que lo que pudo primar fue el aspecto deportivo por sobre todo puesto que, a pesar de la presencia de ingenieros, de un empresario, futuro regidor de Penco y representante de empresas inglesas, de un contador, y un maestro de escuela, el capitán designado del equipo fue un carpintero.

Su primer equipo se constituyó de la siguiente manera: el capitán y presidente del club, ‘como se estilaba en aquellos tiempos’, el ciudadano de origen inglés Arturo Millard; secretario, el argentino Enrique Koppmann; vice capitán, el inglés Arturo Colvin; tesorero, el suizo Luis Meylan.

El resto del equipo estaba conformado por Santiago Mills; Samuel Mac Kay; Carlos Bateman; Víctor Arriagada; ‘Contreras’; Luis Bravo y Enrique Gillibrand. A esta primera oncena, luego se sumarían Luis Ascueta, Bartolomé Puente, Ernesto Gillibrand, Félix Butler, Santiago Kerr, Orlando Odger, Juan Warren, Darío Pastene, Samuel Mackon, Manuel Hidalgo, Enrique Carrasco, Víctor Lavanchie, Enrique Lizama, Jorge Hardie, Manuel Rivera, Ruperto Fuentes, Aurelio Fierro, Pedro Villablanca, Roberto Mardones, Lucas Quiroz, Rosamel Sanhueza, Aniceto Avendaño, Adolfo Leal, José Parra, Ramón Mellado, José del C. Salgado, Adolfo Leal, José Parra, Honorato Astudillo, Carlos Durán, Heraclio Henríquez, Pedro Villegas y Ricardo Seguel.

Cabe recordar que una práctica común en esos tiempos era que, a los extranjeros se les castellanizara su primer nombre en su vida ciudadana en Chile, por lo que ‘nombres como  Arturo en su tierra natal en realidad fuera originalmente Arthur’, para los casos de Arturo Millard y Arturo Colvin, capitán y vice capitán respectivamente.

Antes de la existencia del futbol la población general no contaba con mayores distracciones, por esto su irrupción en las canchas penquistas y el país entero consiguió una afición inmediata, promoviendo valores como la cultura física y dejando de lado vicios que afectaban seriamente a la sociedad. El deseo de practicar el fútbol motivó a que estos integrantes del club primero se dedicaran a promover el fútbol mediante partidos de exhibición en diferentes canchas, para luego organizarlo mediante el desarrollo de una competencia formal.

Por este motivo Fernández Vial, junto a los clubes ‘Diez de Julio’; ‘American F.C’; ‘Unión F.C.’ y, el ‘Sargento Aldea’, se convirtieron en los miembros fundadores de la ‘Asociación de Football de Concepción’ un 2 de mayo de 1906, evento realizado en el casino de suboficiales del Regimiento Chacabuco, ‘dado que el Diez de Julio estaba conformado por elementos de este batallón’. Los encargados de representar al club en la fundación de la Asociación fueron su presidente y capitán,  Bartolomé Puente y su secretario, Julio G. Ayling.

En el contexto histórico del surgimiento del Internacional F.C. se encontraba en pleno apogeo la segunda revolución industrial. Este proceso global tuvo, entre sus consecuencias, la migración del campo a las ciudades, al hacer más eficiente el proceso de producción agrícola. Igualmente, se vio favorecido el desplazamiento de emigrantes europeos al continente americano, por el desarrollo general de tecnologías y la reducción de los costos de transportes. La industrialización general tuvo un alto  impacto económico, generando transformaciones sociales, la población venida del campo con menor educación fue la más desprotegida. Hasta la introducción de las  leyes laborales y de previsión social en los años veinte del siglo pasado, el fenómeno mutualista surgido desde la segunda mitad del siglo XIX cumplió con la función de cubrir los riesgos de carácter laboral y amparo económico , éste  fenómeno asociacionista organizó a trabajadores de  distintos rubros y oficios. Y nuevamente surgen aquí los integrantes del club, participando activamente en la formación de algunas organizaciones gremiales.

A la fundación de la Sociedad de Empleados de Comercio, se añade la participación de los integrantes del club, Bartolomé Puente, Orlando Odger y  Aniceto Avendaño, en la fundación de la Sociedad de las Artes Mecánicas, el 10 de marzo de 1906, que integraba a ingenieros, mecánicos, electricistas, torneros, herreros, caldereros, modelistas, fundidores, cobreros, maquinistas y fogoneros.

En noviembre de 1905, surge la Confederación Obrera de Concepción, fundada por los presidentes y secretarios de las 18 sociedades preexistentes. Participan de su constitución  Roberto Mardones y Julio G. Ayling, presidente y secretario respectivamente de la Sociedad de Socorros Mutuo de Obreros (hoy conocida como Sociedad Lorenzo Arenas), y Bartolomé Puente, en representación de la Sociedad de las Artes Mecánicas.

Otra institución que nace desde el seno ferroviario, con integrantes del Fernández Vial, es la Quinta Compañía de Bomberos, el día 29 de enero de 1914, con los señores Carlos Durán, Heraclio Henríquez y Pedro Villablanca, este último con una intervención directa para que el club cambiara su nombre de Internacional F.C. a Club Deportivo Ferroviario Arturo Fernández Vial. Pero esa, es otra historia.

El Arturo Fernández Vial es el club  más antiguo del centro-sur de Chile y, desde su mismo nacimiento, adquiere una impronta diferente. Mientras los clubes deportivos se organizaban entre asociados de alguna nacionalidad en particular junto a los nacionales descendientes de éstas, o de jóvenes pertenecientes a algún colegio, los integrantes del ‘Vial’ decidieron romper con esta lógica. Y, con una irreverencia absoluta, establecieron que podrían formar parte de su club tanto nacionales como extranjeros, y de cualquier nacionalidad.

Después de investigar a sus fundadores, podemos agregar que este club rompió con más esquemas, pues en sus filas existió gente con profesiones y oficios de alto reconocimiento social, así como también empleados sin capacitación en oficios específicos. Gente de origen humilde y de clases sociales altas, todos juntos, reunidos en torno a una sola pasión. Podemos decir que, de forma efectiva, aquí no existió distinción alguna, más que un verdadero espíritu deportivo.

En un comienzo las primeras canchas utilizadas entre los nacientes clubes de fútbol fueron la cancha del Club Hípico, ubicado entre calles Argentina y Aníbal Pinto; la cancha de la Alameda, (Parque Ecuador) en su  extremo oriente, y en el sector denominado La Pampa, entre la estación Andalién, y calles Rengo y Argentina.

Sin embargo, entre estos primeros emplazamientos deportivos, la Plaza Cruz resulta ser la de mayor relevancia ya que ahí surgen los dos primeros clubes de la ciudad, y  ‘su primera rivalidad futbolística’. Inaugurada oficialmente como plaza un 13 de octubre de 1907, fue el primer domicilio del Internacional F.C. lo que marcaría su destino ferroviario definitivo, ya que este lugar también era uno de los emplazamientos de trabajadores de Ferrocarriles del Estado.

Mucho más que fútbol

Tomando en consideración la transversalidad con la que se constituyó el club, posiblemente haya sido sencillo para estos ferroviarios integrarse al Internacional F.C. considerando que entre ellos también coincidió la existencia de un contingente de personal extranjero de diferentes nacionalidades y amantes del futbol, encontrando el espacio ideal para practicarlo. Después de estudiados los antecedentes descubiertos, es factible considerar que el Internacional F.C. haya sido adoptado por el mundo ferroviario, más que gestarlo propiamente tal.

La particularidad de la conformación societaria del Internacional F.C. da cuenta de que lo que pudo primar fue el aspecto deportivo por sobre todo puesto que, a pesar de la presencia de ingenieros, de un empresario, futuro regidor de Penco y representante de empresas inglesas, de un contador, y un maestro de escuela, el capitán designado del equipo fue un carpintero.

Su primer equipo se constituyó de la siguiente manera: el capitán y presidente del club, ‘como se estilaba en aquellos tiempos’, el ciudadano de origen inglés Arturo Millard; secretario, el argentino Enrique Koppmann; vice capitán, el inglés Arturo Colvin; tesorero, el suizo Luis Meylan.

El resto del equipo estaba conformado por Santiago Mills; Samuel Mac Kay; Carlos Bateman; Víctor Arriagada; ‘Contreras’; Luis Bravo y Enrique Gillibrand. A esta primera oncena, luego se sumarían Luis Ascueta, Bartolomé Puente, Ernesto Gillibrand, Félix Butler, Santiago Kerr, Orlando Odger, Juan Warren, Darío Pastene, Samuel Mackon, Manuel Hidalgo, Enrique Carrasco, Víctor Lavanchie, Enrique Lizama, Jorge Hardie, Manuel Rivera, Ruperto Fuentes, Aurelio Fierro, Pedro Villablanca, Roberto Mardones, Lucas Quiroz, Rosamel Sanhueza, Aniceto Avendaño, Adolfo Leal, José Parra, Ramón Mellado, José del C. Salgado, Adolfo Leal, José Parra, Honorato Astudillo, Carlos Durán, Heraclio Henríquez, Pedro Villegas y Ricardo Seguel.

Cabe recordar que una práctica común en esos tiempos era que, a los extranjeros se les castellanizara su primer nombre en su vida ciudadana en Chile, por lo que ‘nombres como  Arturo en su tierra natal en realidad fueron originalmente Arthur’, para los casos de Arturo Millard y Arturo Colvin, capitán y vice capitán respectivamente.

Antes de la existencia del futbol la población general no contaba con mayores distracciones, por esto su irrupción en las canchas penquistas y el país entero consiguió una afición inmediata, promoviendo valores como la cultura física y dejando de lado vicios que afectaban seriamente a la sociedad. El deseo de practicar el fútbol motivó a que estos integrantes del club primero se dedicaran a promover el fútbol mediante partidos de exhibición en diferentes canchas, para luego organizarlo mediante el desarrollo de una competencia formal.

Por este motivo, Fernández Vial, junto a los clubes ‘Diez de Julio’; ‘American F.C’; ‘Unión F.C.’ y, el ‘Sargento Aldea’, se convirtió en los miembros fundadores de la ‘Asociación de Football de Concepción’ un 2 de mayo de 1906, evento realizado en el casino de suboficiales del Regimiento Chacabuco, ‘dado que el Diez de Julio estaba conformado por elementos de este batallón’. Los encargados de representar al club en la fundación de la Asociación fueron su presidente y capitán,  Bartolomé Puente y su secretario, Julio G. Ayling.

En el contexto histórico del surgimiento del Internacional F.C. se encontraba en pleno apogeo la segunda revolución industrial. Este proceso global tuvo, entre sus consecuencias, la migración del campo a las ciudades, al hacer más eficiente el proceso de producción agrícola. Igualmente, se vio favorecido el desplazamiento de emigrantes europeos al continente americano, por el desarrollo general de tecnologías y la reducción de los costos de transportes. La industrialización general tuvo un alto  impacto económico, generando transformaciones sociales, la población venida del campo con menor educación fue la más desprotegida. Hasta la introducción de las  leyes laborales y de previsión social en los años veinte del siglo pasado, el fenómeno mutualista surgido desde la segunda mitad del siglo XIX cumplió con la función de cubrir los riesgos de carácter laboral y amparo económico , éste  fenómeno asociacionista organizó a trabajadores de  distintos rubros y oficios. Y nuevamente surgen aquí los integrantes del club, participando activamente en la formación de algunas organizaciones gremiales.

A la fundación de la Sociedad de Empleados de Comercio, se añade la participación de los integrantes del club, Bartolomé Puente, Orlando Odger y  Aniceto Avendaño, en la fundación de la Sociedad de las Artes Mecánicas, el 10 de marzo de 1906, que integraba a ingenieros, mecánicos, electricistas, torneros, herreros, caldereros, modelistas, fundidores, cobreros, maquinistas y fogoneros.

En noviembre de 1905, surge la Confederación Obrera de Concepción, fundada por los presidentes y secretarios de las 18 sociedades preexistentes. Participan de su constitución  Roberto Mardones y Julio G. Ayling, presidente y secretario respectivamente de la Sociedad de Socorros Mutuo de Obreros (hoy conocida como Sociedad Lorenzo Arenas), y Bartolomé Puente, en representación de la Sociedad de las Artes Mecánicas.

Otra institución que nace desde el seno ferroviario, con integrantes del Fernández Vial, es la Quinta Compañía de Bomberos, el día 29 de enero de 1914, con los señores Carlos Durán, Heraclio Henríquez y Pedro Villablanca, este último con una intervención directa para que el club cambiara su nombre de Internacional F.C. a Club Deportivo Ferroviario Arturo Fernández Vial. Pero esa, es otra historia.

 

 

Etiquetas