El deporte siempre es una tremenda forma de inclusión y superación. Más aún en los niños, que están descubriendo sus habilidades y aptitudes, más allá de los vaivenes de la vida. Así nace en Talcahuano la Escuela de Tenis Adaptado de Pie, para personas con discapacidades motoras que practican deporte sin necesidad de la silla de ruedas. Aquí se encuentra una decena de niños que presentan problemas como parkinson, la falta de algún brazo y otras condiciones físicas, pero un gran entusiasmo.
Se trata de una decena de niños que practican en las dependencias del Club Deportivo Huachipato.
Nidia Vega trajo a su hijo Vicente Arriagada, diagnosticado con Trastorno de Espectro Autista (TEA), y cuenta cómo ha cambiado su vida. “Su desarrollo cognitivo y social es mucho más complicado. Esto ha sido maravilloso, como familia estábamos buscando un deporte para que mi hijo pudiese practicar y que fuese un poco más personalizado”, cuenta.
“Esto nos cayó del cielo, el ‘profe’ es un siete. Se dedica a estudiar cada niño, cada necesidad, y se va adecuando el deporte a cada joven, a cada niño. Mi hijo está fascinado, siente que participa, que funciona y que rinde”, agrega Nidia sobre los cambios que vio en Vicente.
El entrenador paralímpico y licenciado en Ciencias Deportivas, Jonathan Donelli, es quien desarrolla este proyecto en Talcahuano. Hoy trabaja también para gestionar los recursos necesarios como raquetas o pelotas, que permitan mantener la actividad.
“Esta iniciativa nace de cuando fui a hacer el curso de tenis en silla de ruedas, y no conocía el TAP. Ahí nos mostraron lo que es el tenis adaptado de pie. Se trabaja con chicos que clasifican en muy pocos deportes dada su condición física”, explica y apunta que “a la mayoría de los chicos por la asimetría del deporte les cuesta mucho el trabajo, entonces adaptar el tenis se está desarrollando como un piloto. La intención es que lleguen más chicos que puedan clasificar en el TAP, y poder proyectarlos”.