Aurinegros partieron en desventaja a los 23 segundos ante Copiapó, pero remontaron con la magia de Harbottle y "Chirigüe" Sepúlveda en su mejor versión. Fue goleada 5-2, después de 494 minutos sin marcar, cortó una racha de cuatro partidos sin ganar y quedó a un punto de San Luis, el penúltimo.
Kevin Harbottle no sale nunca, pero esta vez era el momento. Fue a los 82 minutos, para que los casi 3 mil hinchas le dieran el aplauso que se guardaban hace más de un año. Emotivo. El zurdo fue tremenda figura, liderando a un Fernández Vial que se desató en ofensiva luego de una sequía que llegó a 494 minutos sin marcar. Ayer fue 5-2 sobre Copiapó luego de remar desde atrás y mostrar fútbol y amor propio en partes iguales. La “Maquinita” suma 10 puntos y el futuro se ve mejor.
Pero para Vial nada puede ser fácil. A los 23 segundos, Manuel López aprovechó una mala salida de Gustavo Merino y abrió la cuenta. Eran momentos difíciles porque Copiapó es muy buen equipo -si ganaba era puntero- y atacó por los costados. Pudo aumentar con cabezazo apenas fuera de Ponce. Ahí Vial comenzó a meter, los líderes gritaron lo que había que gritar y el empate no llegó a los rebotes, fue un tremendo pase en profundidad de Matías Ávila -de muy buen partido- que Harbottle conectó de primera, con toque de calidad. Y Kevin no se quedó ahí, porque a los 21’ aumentó empalmando de voleo un córner ejecutado por Arturo Sanhueza. Había un defensor en la línea que falló en la tarea encomendada.
Y ese buen Copiapó de los primeros minutos y del 2-1 a la UdeC desapareció. Vial lo borró. Lo mejor de Harbottle es que nunca hace una o dos y se conforma con eso, siempre va por más. Ayer las pidió todas, encaró, metió buenos pases y uno de ellos, preciso, llegó hasta “Chirigüe” Sepúlveda para que marcara en doble intención. Zurdazo a la red y desahogo, abrazos del cuerpo técnico saltando como niños. Vial había mejorado los últimos dos partidos, pero el arco estaba cerrado. Esta vez caían goles como lluvia.
Merino ha hecho un buen torneo, pero ayer no fue su noche. Cuando Copiapó estaba tumbado, le dio vida intentando eludir a López innecesariamente, pero el delantero argentino le robó la pelota y descontó. Ahí una señal: Jeri Carrasco gritando que no pasa nada, que siguen arriba y no hay que parar. Esa fue la actitud que dio frutos. Nadie mata a nadie, se pelea igual.
Torres se fue expulsado por golpear a Diego Sanhueza y, con uno más, Vial explotó. Una gran combinación entre Sepúlveda y Harbottle terminó con pase finísimo filtrado de Kevin para que “Chirigüe” fusile de derecha. Golazo. Y Fabián Espinoza se sumó a la fiesta rematando desde la entrada del área una cesión de Luciano Díaz.
Llevaban tanto tiempo sin festejar que Vial siguió atacando, quería el sexto para su fanaticada y la gente gozó el espectáculo. Querían ver al Vial campeón del 2020 y los jugadores también querían sentir ese aplauso. El técnico Claudio Rojas expresó que “los jugadores merecían este recibimiento, estamos jugando para esta gente. Hemos vivido emociones muy importantes y los muchachos se soltaron. El fútbol es de la gente, es un deporte popular. Nos marcaron muy temprano y tuvimos que remar desde atrás, pero estos jugadores son guerreros, entienden que este club es de sangre obrera”.