El ajedrecista hizo alucinar al mundo con una jugada única, ayer se fue haciendo tablas frente al 29 del planeta y su padre, Patricio, asegura que “quiere estar entre los 50 mejores del mundo”.
A las 8 de la mañana está pegado, actualizando páginas. Su hijo en Rusia contra el 29 del mundo. Pablo Salinas, de 27 años, contra el ruso Peter Svidler, de 45. Ambos son grandes maestros. El miércoles, la primera partida fue para el local, ayer hicieron tablas. Patricio tenía fe en la proeza, el milagro, pero respira y con orgullo expresa que “mi hijo está contra puras mentes maestras y es uno de los 100 mejores. Imagínate mi felicidad”. Y va en desventaja, por varios motivos, pero se sienta a dar guerra. Mueve las piezas y no le importa nada más.
“Pato” tiene 59 años, es capitán de pesca y cuenta que “Pablo y Cristóbal (Henríquez) hicieron historia clasificando a Chile a una segunda ronda mundial, donde ya solo se meten 78. En un país donde no se ayuda tanto al ajedrez. Ellos se conocen de niños, siempre pelearon los primeros lugares, como amigos. Lo que hizo mi hijo contra Andersen es una jugada que pasa una vez en la vida, por eso ya la llamaron ‘La Inmortal’. Emociona ver tanta gente hablando de un ajedrecista, ver a expertos del mundo analizando lo que hizo. Estos chicos pusieron el nombre de Chile bien alto”.
Pero hubo un largo camino para llegar a la “Inmortal”. Patricio recuerda que “en el colegio detectaron desde chico que tenía condiciones. Yo lo acompañaba a los torneos y asistía harta gente. Me ponía detrás de él y nunca se puso nervioso. Es muy fuerte de mente. Una vez perdió el primer partido y en vez de bajonearse, se recuperó rápido, ganó todo lo que vino y fue campeón de Chile. Esas cosas demuestran su fortaleza sicológica”.
Es Gran Maestro desde 2019 y su padre señala que “antes tenía harto más pelo, es increíble lo que ha crecido. Se fue hace unos años a Santiago, estudió Ingeniería Comercial. Yo siempre le he dicho que si tiene un sueño le dé para adelante y más si tiene tantas condiciones Hablé con él hace un tiempo y me decía que quiere ser de los 50 mejores del mundo (hoy es 672). Suena difícil, pero es de ponerse esas metas”.
Nació en Concepción, creció en Denavi Sur y vivió un tiempo en San Pedro de la Paz. “Es penquista, pero también chorero”, dice su padre y advierte que “ha viajado a Qatar, Noruega y otros países, Viaja solo (lo entrena Iván Morovic) mientras su rivales llevan un staff con analistas, sicólogos y mucha gente. Por eso es tan meritorio lo que hace. Para viajar a Rusia buscó auspicios por redes sociales y felizmente apareció harta gente, harto privado. Después le ayudaron con algo desde la Federación”. Y así llegó a ganarle en su casa al 8 veces campeón de Rusia, a impactar al mundo. El verdadero inmortal se llama Pablo.