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Huachipato chocó con las manos de Batalla y otra que el árbitro dejó pasar

Final polémico en Talcahuano por un penal que no se cobró y pudo ser el empate. El resto lo hizo el buen arquero argentino y este O’Higgins que juega bien y se mete en la parte alta.

Por: Paulo Inostroza 03 de Mayo 2021
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Enfrentó al equipo que menos goles ha recibido en el torneo y quedó claro por qué. Huachipato perdió el invicto frente a este O’Higgins de Giovagnoli que hace un gol y se cierra como pocos. A eso súmele una mano dentro del área que el árbitro desestimó, aunque la imagen televisiva pareció darle la razón al acero. Sobre las pozas del CAP, la visita ganó 1-0 con lo mínimo y terminaron con jugadores de ambos equipos buscándose en el camarín.

Los acereros tenían la difícil tarea de arreglársela sin su mejor jugador: Israel Poblete. El volante que hace de todo y bien, no estuvo por lesión y su lugar lo tomó Álvaro Garrido. El reemplazante cumplió, pero al equipo le faltó a ratos esa claridad y profundidad que les da el ex Cobresal. Aún así, amenazó principalmente por la derecha con un Walter Mazzantti que fue incontrarrestable. Sorprendentemente, fue el primer cambio. También fueron buenos pasajes de Javier Altamirano en la conducción.

O’Higgins, en tanto, atacaba mucho con Castro y Arancibia por las bandas y el grandote Larrondo recogiéndose para pivotear. Con esas propuestas y una cancha que no dejaba jugar todo lo bien que quisieran, se dio un choque parejo, que se definiría por detalles.

Y uno de ellos llegó con un carrerón de Arancibia que no encontró nadie a su paso, salvo la pierna de Ignacio Tapia para derribarlo en el área. Penal clarísimo que Marcelo Larrondo transformó en gol. Al dueño de casa le costó reponerse del golpe y los celestes le robaron la pelota, pero los últimos quince minutos fueron del acero, más que todo por empuje, la actitud de Martínez y los ollazos a ver si salía un cabezazo ganador.

Un desborde por la izquierda dio en la mano de un defensor. ¿Pegada al cuerpo? ¿Cobrable? El juez Cristián Droguett recurrió largo rato al VAR y decidió desestimarla, lo que provocó la ira siderúrgica, reflejada en dos tarjetas amarillas.

Pero esa rabia se transformó en fútbol. Quedaba poco, pero el acero se fue con todo encima y ahí apareció la figura del portero Augusto Batalla, para tapar primero un zurdazo abajo de Cris Martínez y luego un remate de distancia de Juan Córdova que pegó en un defensor rancagüino. Ni ese desvío sirvió para tumbar la resistencia del guardameta que solo ha recibido 2 goles en 6 fechas.

En la última jugada, subió a cabecear Castellón y, en otra decisión polémica, el árbitro terminó el partido cuando Gotti arrancaba solo para marcar el segundo gol, sin arquero del otro lado. Por cosas como esa, terminaron alegando ambos lados.

El acero mereció algo más, pero se encontró un rival de los duros, que golpea lo justo y se defiende bien. También con esa mano, una para revisar varias veces.

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