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Heredó el talento familiar y sólo espera volver pronto a lucirse

Antonia Alonzo destacó a nivel escolar en el Colegio Francés y hoy defiende los colores de la U. Andrés Bello. Con el básquetbol como tradición, la estudiante de medicina repasó una carrera llena de éxitos.

Por: Carlos Campos 07 de Diciembre 2020
Fotografía: Cedida

Antonia Alonzo es una de tantas estudiantes-deportistas que con el paso de los años cambió de disciplina. En su caso, razones hay de sobra. Desde muy pequeña se entretenía en la gimnasia artística, pero no por mucho tiempo. “A los 12 años me empezó a llamar la atención el básquetbol, porque mi papá con mi hermano jugaban y los escuchaba hablar todo el día de eso”, dice, agregando además que “ellos me incentivaron a jugar básquet, así que partí en el colegio muy chica y de a poco me empezaron a ver de otros lados. Se me hizo fácil y noté de inmediato que tenía facilidades para jugar”.

Así arrancó un camino que hoy ya la tiene en el segundo año de universidad cursando una dura y exigente carrera de medicina. De su etapa escolar, Antonia cuenta que “representé siempre al Colegio Francés, aunque me invitaban de otros lados a veces para jugar las etapas provinciales, regionales y nacionales. Jugué por el Kingston College y el Colegio Concepción San Pedro. Fueron experiencias muy bonitas, donde viajas y tienes la oportunidad de conocer mucha gente. Todos esos recuerdos son lindos y enriquecedores”.

Brusco cambio

Antonia estuvo hasta cuarto medio en el Francés y hace dos años arrancó una nueva etapa en la Universidad Andrés Bello. Pero, más allá de lo académico, la estudiante y basquetbolista de 20 años se encontró con otro nivel deportivo en relación a lo que era Adicpa. “La competencia es mucho mayor y totalmente distinta. Por ejemplo el equipo de la U. de Concepción es un punto de comparación extremo, porque en 2019 fueron segundas a nivel nacional. Con el resto de los equipos el nivel es más parejo, pero muy alto. Los partidos son súper peleados. En general el básquetbol femenino ha ido agarrando más vuelo y de a poco se va formando. Hay ligas nacionales ahora y son súper buenas”, comentó.

Sobre el desafío de repartir los tiempos entre estudio y deporte, Antonia dijo que “es complicado, pero el año pasado supe llevarlo muy bien y cumplí con todo. Ahora, ese equilibrio cuesta cada vez más. La malla curricular de mi carrera, este año, es una de las más difíciles. Siendo todo presencial hubiese sido dura igual. Hay harto estrés, así que sólo queda organizarse. Ya ha sido muy frustrante este año por todo el encierro y más encima no hemos podido hacer deporte, que es lo que más nos gusta. La actividad deportiva es un enorme aporte para todos los estudiantes”.

Y en la cancha, ¿de qué juega Antonia? Ni ella sabe bien la respuesta. “En mi colegio era base y ahora en la “U” igual, pero cuando estuve en los Juegos de la Araucanía lo hice de escolta. Estuve dos veces ahí compitiendo, la primera vez fue en Concepción y salimos quintas. La otra fue en Chubut y ganamos”, afirmó, agradeciendo a quienes nunca le fallan. “Mi familia siempre está ahí: mi papá Pedro, mi mamá Luz Marina y mi hermano Pedro Pablo”.

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