Lo había dicho en estas mismas páginas hace unos meses, cuando aseguró que, pese a la pandemia, pese a las cuarentenas y a todas las trabas que esta especial coyuntura sanitaria planteaba, ella haría todo lo posible para mantenerse vigente y seguir siendo considerada en los diversos procesos de la selección chilena.
Un vínculo que había comenzado en 2017, cuando fue nominada por primera vez, y que se sucedió consecutivamente en los años siguientes, donde con las ‘Cóndores’ disputó una serie de torneos internacionales. Claro que esta vez la tarea era más difícil, con los obstáculos que la distancia imponía, y la imposibilidad de desarrollar una preparación óptima entre las cuatro paredes del hogar.
Pero Geraldine Lagos es hija del rigor, si ha llegado tan lejos en su vida profesional (es profesora de Educación Física) y deportiva, es porque respira sacrificio, y esta vez tampoco iba a ser distinto. De alguna manera se las arregló, adaptó espacios, tiempos y sobre todo, mantuvo la motivación en alto recibiendo como premio una nueva convocatoria a la ‘Roja’. En esta ocasión, para participar en una nueva edición del tradicional campeonato Valentín Martínez, en Montevideo, Uruguay, donde el equipo nacional cumplió una de sus mejores actuaciones históricas. Y con ella como protagonista.
Histórica en varios sentidos fue la presentación chilena en el certamen sudamericano realizado en canchas uruguayas. Primero, porque constituyó el debut de una entrenadora a cargo del seleccionado femenino, en la persona de Úrsula Suárez. Y en la cancha también, derrotando en forma clara a los combinados de Argentina y Costa Rica, y empatando con Colombia por primera vez tras permanentes derrotas. En la despedida, un sexto puesto que dejó gratas sensaciones en Geraldine.
“En lo personal quedé cansada y golpeada, pero contenta porque me sentí bien, pese a que tengo claro que siempre hay muchas cosas por mejorar, sobre todo en el aspecto físico. Pero quedé contenta porque, a pesar de la pandemia, nunca dejé de entrenar y se notó claramente en mi rendimiento, siempre demostré que estaba en condiciones de dar el mil por ciento y cumplir con todo lo que me pidieran en la cancha”, manifiesta la medio scrum.
Satisfacción que se traspasó al resto del equipo, que confirmó sus tremendos avances y proyecciones, tal como asegura la jugadora perteneciente a los colores de Deportes Concepción.
“Quedamos súper contentas porque nos dimos cuenta de que sí podemos, porque ahora contamos con un sistema de juego. Así lo pudo ver la mayoría de las personas, todos los que observaron nuestros partidos dijeron que había un avance, que se notaba un planteamiento cada vez que enfrentábamos a un equipo”, sostiene.
“Eso nos dejó muy motivadas para lo que se viene, para seguir entrenando y superándonos, sabiendo que hay proyección gracias a las buenas jugadoras que hay en el equipo. Saber que siempre se puede más y que vamos a ir por eso”, añade.
Ahora Geraldine descansa, pero no por mucho porque dice que tiene un objetivo mayor entre ceja y ceja, y que ante tamaño desafío, no se permiten relajos.
“Voy a seguir entrenando, ya nos mandaron el plan de trabajo desde la selección para que lo cumplamos cada una. En mi caso trabajo con un preparador físico que me va adaptando ese plan más personalizado y, aunque no hay fecha aún para volver con a la selección, yo continuaré adelante mejorando todo lo que me falta y realizando las cosas más específicas que nos pida la selección”, asegura.
Y agrega, “ir en los Panamericanos de Santiago 2023 es la gran meta por delante y todo lo que pueda hacer ahora me sumará para alcanzar ese objetivo”.