“Los partidos son 90 minutos situacionales. Suceden muchas cosas y hay que ir leyéndolas para tomar decisiones”. Las palabras son de Claudio Rojas, el técnico que cambió a Fernández Vial, lo transformó en un equipo agresivo, atractivo de ver y ganador. Derrotó por 3-1 a Lautaro y su análisis refleja bien lo que pasó: comenzaron perdiendo al minuto, se quedaron con un hombre más antes del descanso y el DT movió las piezas con inteligencia, pero, sobre todo, con valentía. La “Maquinita” tiró todo a la parrilla, pero con orden.
Convengamos que enfrente había un tremendo equipo. El uruguayo Canosa -tremendo zaguero- lidera la mejor defensa del torneo y esa solidez se explica por un equipo que físicamente no para de correr y no deja jugar. Arriba es simple, pero hace rato dejaron de ser solo el pelotazo a Cuéllar. Así abrió la cuenta Francisco Lara, entrando por el centro del área, luego de un buen pivoteo de Cuéllar.
Vial intentaba con los arrestos individuales de Riveros y Vranjicán aguantaba bien, pero sin compañía, en un primer tiempo de poca lucidez aurinegra. Pero Cuéllar llegó tarde, metió una pierna de más y se fue expulsado con justicia justo antes del descanso. Encinas metió tres cambios para desarmar a Vial, pero más desarmó a los suyos, pese a que Rozas entró prendido.
Pero a los 60’ Rojas se jugó todo, sin miedo. Había metido a Pinilla y luego apostó por Salgado. Más tarde sería momento de Sepúlveda, quitando a sus dos laterales y el contención. ¿Una locura? Absolutamente. Pero entendieron que perder y empatar era lo mismo, había que arriesgar todo.
Lo interesante es cómo se ordenaron en cancha, porque no fue tirar volantes y delanteros al aire y que se paren solos. Pacheco y Espinoza, habituales volantes de salida, fueron los laterales y aportaron sacrificio en un puesto que no conocen. Salgado casi de “6”, Riveros y “Chirigue” por los costados, Harbottle de enganche, Pinilla y Vranjicán arriba. Una osadía.
Empató Pinilla, que esta vez dejó su puesto titular a Vranjicán pero sigue siendo clave. Fue después de una hermosa pared con Harbottle. El segundo tanto fue un desborde de Pinilla que “Vranjigol” impactó bajo el arco. Y el último, cesión del centrodelantero argentino, de destacadísimo debut, para que Sepúlveda acertara con remate rasante.
“Grité mucho el gol del Chiri porque conversamos en la semana. Acá todos son importantes, pero no puedo poner 15 jugadores en cancha. Hoy ganamos a Harol, a Sepúlveda, jugadores que necesitamos mucho. En el entretiempo traté de hablar desde lo motivacional y les conversé de Nelson Acosta, de lo que hizo, de la historia del club. Fue el partido más difícil que me ha tocado dirigir y lo sacamos adelante de muy buena forma. Fue un desahogo”, comentó el estratega.