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Julieta Lara y el más claro ejemplo de que cuando se quiere, siempre se puede

Hace apenas cuatro años recién que conoció la disciplina, tiempo en el que, reconoce, debió transitar un complejo camino de aprendizaje. Pero, en su caso, las ganas pudieron más, y hoy está consolidada en la selección del Colegio Almondale Lomas, donde no sólo es su capitana, sino que, además, una de las figuras del torneo escolar.

Por: Samuel Esparza 30 de Noviembre 2020
Fotografía: Cedida

Lo suyo no tiene que ver tanto con talento innato como con el esfuerzo y tesón. Julieta Lara (18) es el claro ejemplo de que por más difícil que sea el camino, finalmente la constancia es la que siempre termina marcando diferencias.

Dice que cursaba recién octavo básico del Colegio Almondale Lomas, cuando llegó al vóleibol casi por casualidad. “Yo siempre fui activa físicamente, hacía bicicleta y otras cosas, pero nunca me dediqué a un deporte específico. Y resulta que una amiga jugaba vóley pero no se atrevía a ir sola a entrenar, así es que me pidió que la acompañara. Ahí recién conocí la disciplina, y no me di cuenta cuando ya estaba entrenando, aunque en un principio no tenía idea de cómo jugar”, relata.

Por eso mismo es que ‘Juli’, como le dicen sus amigas, reconoce que se le dio difícil aprender. “Como no sabía, tuve que partir de cero y me costó mucho porque es un deporte técnico, se requiere coordinación. Quizás por eso me gustó tanto, porque era un desafío donde había que aprender mucho, me motivó ver niñas que eran buenas y pensar que yo también podía ser así algún día”, complementa.

Bajo las órdenes de la profesora Nicole Bravo, Julieta fue conociendo los secretos del vóleibol, un proceso en el que pasó por todos los puestos hasta derivar en punta, donde se desempeña actualmente. Así llegó su primer partido, que fue justamente en la competencia de Adicpa y del que se recuerda entre risas.

Me dijeron que fuera a un partido y no tenía idea de nada, ahí mismo me di cuenta que era el torneo. Me llamaron para sacar, no sabía qué hacía, estaba muy nerviosa y no lo hice tan bien por los nervios. Pero me atreví nomas y así partió todo”, comenta.

Consagración y jineta

Cuatro años jugando Adicpa cumplió Julieta Lara, quien en diciembre se despide de la enseñanza media y, por tanto, del torneo escolar como capitana del equipo. “Es súper especial para mí motivar a mis compañeras siendo capitana, feliz porque es premio a mucho esfuerzo”, expresa.

Un tiempo en que dice también vio un crecimiento notorio del equipo. “Estos años han sido de harto desarrollo. Nos ha tocado enfrentar a equipos muy buenos con los que al inicio perdíamos por mucho, pero con los años hemos evolucionado y ya les damos pelea a los mejores. También están los duelos clásicos con el Almondale San Pedro, que también siempre nos ganaban pero al que ya conseguimos vencer”, señala.

Más allá de lo deportivo, lo que más destaca ‘Juli’ es el compañerismo que se vive entre el plantel. “Existe un vínculo muy fuerte, es lo mejor, tengo amigas de la vida en el deporte y eso es impagable. Antes era súper tímida, me costaba mucho hablar con gente que no conocía, pero el deporte también me dio personalidad”, destaca.

De ahí que hoy reconozca que extrañará la competencia. “Echaré de menos eso de jugar todos los fines de semana, de levantarme temprano y juntarme con mis compañeras. El deporte aportó muchas cosas a mi vida, desde la salud hasta el carácter, la experiencia y la amistad”, dice la jugadora que, en todo caso, se ilusiona con seguir su pasión en la universidad.

“Quiero estudiar una carrera relacionada a ciencias de la salud y mi gran deseo es poder jugar Adesup por alguna universidad, es mi gran motivación para el próximo año”, enfatiza.

Por lo pronto, y mientras se alista para el adiós, Julieta deja un mensaje a las niñas que quieran hacer deporte. “Les diría que se atrevan, que se esfuercen porque todos somos capaces de salir del cascarón, dejar de ser tímidas y cumplir nuestros sueños. Y el deporte es una tremenda vía”, cierra.

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