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Sebastián Sepúlveda: Lloró de morado, cumplió un sueño de niño y ahora va por el título de PF

Vino desde Temuco para jugar por Deportes Concepción, pero sufrió la desafiliación del club, volvió a su tierra y un llamado lo hizo vestirse otra vez de lila. Este año debutó en un torneo profesional, con 20 años, pero sabe que esta carrera es impredecible, por eso estudia en la Universidad Santo Tomás y ahí también mete goles.

Por: Paulo Inostroza 23 de Noviembre 2020
Fotografía: CSD Concepción

Cuando dejó Temuco a los 15 años para probar suerte en Deportes Concepción no imaginó que se subiría a una montaña rusa de buenas y malas. Pero en las malas no se bajó y aquí está. A los 20 años, Sebastián Sepúlveda cumplió su sueño de niño, el de debutar en el fútbol profesional. Pero los sueños siguen y el sacrificio también, como sus estudios de Preparador Físico en la Universidad Santo Tomás. “Quedo echo bolsa después de entrenar, viajar y hacer trabajos de la U, pero sé que lo debo hacer. Nunca sabes qué pueda pasar en el fútbol. He visto compañeros quedarse en el camino por distintas razones y hay que estar preparado”.

Su papá, Álvaro, era el más pelotero de la familia. “Jugaba en el ‘21 de mayo sur’, y yo iba a verlo desde los 3 años. Es nuestro club del barrio. Ahí jugaba de puntero, pero he sido lateral, volante, de todo. Aunque más me gusta ser puntero. Cuando chico me gustaba Messi y veía videos de Alexis Sánchez. También jugaba en el Atlas del Carmen. Bueno, el 2014 vine a probarme al Conce. Ahí estaba en la Academia Araucanía, vinimos varios y quedamos 9. El otro año me incorporé al club”.

De su llegada recuerda que “el profesor era Luis Guajardo, después estuve con Ricardo Viveros y el PF era Cristhian Aguilera. Después vino la desafiliación. Yo era cabro y no entendía mucho qué significaba. Supe por la radio, había acompañado a un compañero a hacerse un tatuaje. Recién al otro día, los profes nos explicaron que era y le tomé el peso. Compañeros me llamaban llorando, yo llegué a casa y también me largué a llorar. No sabíamos qué iba a pasar con nosotros”.

Su serie de Fútbol Joven avanzó a playoffs, donde los despachó Everton, pero anduvo bien y lo llamaron de Colo Colo. “Fui a una prueba, quedé y estuve un semestre en Santiago. Después podría decirse que me cortaron. Volví a Temuco, a jugar a la Academia Araucanía y ahí me llama el profe Aguilera para que vuelva, que había un proyecto. Jugué en el tercer partido del hexagonal, hice un gol a Quillón y ganamos. Después jugué en todas las divisiones hasta ahora, en la profesional”.

Castigado por el profe

Vive en la Casa del Jugador, con Gazale, Toloza, Veras, Calderón, Núñez y Cristóbal Vargas. “He vivido también solo en pensión y es bueno tener compañeros para ayudarnos cuando el otro está mal. Somos unidos. También me apoyan mucho mi familia, mi polola”. Y el 2018 entró a estudiar a la UST. “Me gustaba Ingeniería, porque aparte era bueno para las matemáticas, pero le tomé el gusto a la preparación física, estudiando de noche. Y como estoy becado, también tengo que jugar por la universidad, por Adesup, que es una competencia bien entretenida, donde he conocido harta gente. El técnico es Rodrigo Rain y ahí he jugado futsal y once contra once”, relata el “Sepu”.

Pero también le ha tocado ser castigado un par de veces. Sonríe y apunta que “el profe Chino (González) sabía que yo jugaba Adesup, pero un día de tonto se me olvidó avisarle. Con el equipo de proyección teníamos partidos en Nonguén, llegué cansado del otro partido y estaba de delantero… Parado. Me retaron y al otro día tuve que entrenar por fuera de la cancha. También me pasó en unas Olimpiadas que viajé sin permiso. Siempre salía pillado porque piden las papeletas. Ahí estaba mi firma”.

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