“Hace poco fui al cardiólogo para mi chequeo anual, aquí tengo los exámenes y salieron excelentes. El doctor me dijo que estaba como ‘lolo’, imagínese que el único medicamento que tomo es una pastilla para la presión. Todo gracias al deporte”. Francisco Grandón partió a los 15 años en el atletismo y hoy, con 91 años recién cumplidos, todavía no abandona las pistas. Dice que le debe tanto al deporte, sobre todo su salud de hierro, que no piensa dejarlo. “Es toda una vida en esto, yo creo que dejaré de entrenar cuando ya cierre los ojos para siempre”, dice con seguridad.
El Estadio Puchacay (hoy Militar) supo de sus comienzos en la velocidad y el salto largo donde no tardó en destacar, ganándose el derecho a participar de su primer torneo Zona Sur en 1949, cuando viajó a La Unión representando a la ciudad.
Con el tiempo y bajo el alero de un entrenador francés, aprendió los secretos de la disciplina y el entrenamiento duro, que sentaron las bases de una carrera que él califica de ‘hermosa’. “Competí en casi toda Sudamérica, me faltan muy pocos países por conocer. Tuve triunfos bonitos y pude seguir adelante siendo ya mayor, me considero feliz de haber abrazado el atletismo porque me dio salud física y mental, y me ha permitido vivir muchos años con mi familia”, destaca.
En 1984, fue uno de los fundadores del Club Atlético Senior de Concepción (Asecon), colores con los que todavía compite. Y con grandes resultados, porque tras ganar los 100 metros planos en dos nacionales y un sudamericano, se dedicó exclusivamente al lanzamiento donde sencillamente no tiene rivales en su categoría.
Tanto así que hace exactamente un año, conquistó el récord sudamericano del pentatlón de lanzamientos (bala, disco, martillo, jabalina y martillo pesado) en Lima, con una marca de 3.106 puntos. Logro que le valió ser considerado como el mejor deportista del mundo en la categoría de los 90 años por una lista de la federación internacional.
“Para mí es una satisfacción, un orgullo ser considerado de esta forma a mi edad ¿Me creería si le digo que no me siento cansado después de tanto tiempo? Físicamente estoy bien porque entendí que la única manera de ser saludable es el deporte que da vida, vigor y condiciones humanas”, asegura.
“El atletismo ha sido lo más reconfortante en mi vida, sentimiento que traspasé también a mis tres hijas que son todas profesoras de Educación Física, y que me dieron ocho nietos. Ellos, junto al deporte, me mantienen vivo”, complementa.
Y tan vivo se siente don Francisco, que no dejó de mantenerse activo desde que partió la cuarentena, y sólo está esperando que pase para ir por próximos desafíos.
“Nunca estoy sin hacer nada, salgo a caminar alrededor de la cuadra, tengo una bicicleta estática y unas pesas. Permanezco en forma porque en noviembre del próximo año hay un Sudamericano en Colombia. Si la vida lo permite, quiero seguir haciendo récords”, cierra.