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La impactante confesión del tenista australiano Nick Kyrgios

Por: Samuel Esparza 09 de Noviembre 2020
Fotografía: Archivo Copesa

El polémico tenista australiano Nick Kyrgios (45° del ranking mundial) admitió que llegó a encontrarse en una “situación sombría y solitaria” durante los últimos años y que llegó a luchar contra la depresión provocada por el ritmo agitado del circuito ATP. “No pienso que la gente comprenda hasta qué punto el tenis puede ser (un deporte) solitario”, declaró Kyrgios en una entrevista con Sunday Telegraph, de Sydney.

Estás solo en la cancha. No puedes hablar con nadie. Debes encontrar la solución tú mismo. Llevaba mal este aspecto“, reveló el jugador de 25 años, que protagonizó diversas situaciones controvertidas durante su carrera y que muchas veces interrumpieron su crecimiento en el circuito. Por ejemplo, su irascible comportamiento en el Masters de Cincinnati 2019, en agosto del año pasado, le valió una multa de 113.000 dólares, lo que lo llevó después a calificar a la ATP de organización “corrupta”, aunque luego se retractó.

“Me acuerdo de haberme despertado en Shanghai hace un año, eran las cuatro de la tarde y estaba todavía en la cama, con las cortinas cerradas. No quería ver la luz del día. Estuve seriamente deprimido por momentos en el pasado“, reconoció Kyrgios, que desde la reanudación del tour en agosto pasado no volvió a competir por el coronavirus. Su intención es reaparecer en enero, durante la gira australiana.

No quería ver la luz del día. Estuve seriamente deprimido por momentos en el pasado“, confesó el tenista australiano Nick Kyrgios, actual 45° del ranking. “No quería ver la luz del día. Estuve seriamente deprimido por momentos en el pasado”, confesó.

Kyrgios, 13° del mundo en 2016 y ganador de seis títulos (Marsella, Atlanta y Tokio, en 2016; Brisbane, en 2018; y Acapulco y Washington, en 2019), continuó narrando: “Tenía la impresión que nadie quería conocerme como persona, que se me veía simplemente como el tenista a utilizar. No me sentía capaz de confiar en nadie. Era un lugar solitario y sombrío (…) Mucha gente me metía presión y yo también me metía mucha presión. Perdí toda la alegría de jugar y era incontrolable”. Y fue más allá, sincero: “Me convertí en depresivo debido a lo que pensaba que debía ser”.

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