A todos sorprendió la noticia de que los dos Lota Schwager se transformarían en uno. El de Jairo Castro y el de Bernardo Ulloa, dos voluntades que parecía imposible sentar en la misma mesa. ¿Qué pasó en definitiva? Ulloa, que hizo historia el 2001 como presidente en la vuelta minera al profesionalismo, explicó este impensado presente y qué viene a futuro. “Vienen años de grandeza para el club”, asegura.
De entrada, Ulloa sostiene que “siempre hubo un sólo Lota. Lo que hicimos ahora fue unir ese Club Corporación de Fútbol LS de Tercera B con el que estaba en Tercera A, el formado en Concepción, que llevaba el nombre de Nuevo Lota Schwager. Ahora, somos uno, el de Castro y el de Ulloa en uno sólo, que es Deportes Lota Schwager S.A. El fútbol profesional hoy está muy manoseado, porque la gente sólo busca el negocio. Yo, en cambio, estoy en esto por pasión”.
¿Y qué pasó con las peleas entre Ulloa y Castro? “No quiero más peleas. Nunca le he faltado el respeto a Jairo, quizás él estaba nervioso porque era más nuevo en esto. Mira, aposté y perdí en cancha. Sí, me ganó en la cancha. Ahora, si no puedes contra el enemigo, es mejor unirse y hacernos fuertes. Los aportes de Martínez y Ulloa ahora van a esta sociedad anónima y queremos estar luego en el fútbol profesional, tener un estadio prácticamente nuevo. También, me gustaría que, en el futuro, el 70 por ciento del equipo fuera con muchachos de la zona. Hacer algo como lo de Huachipato”, apuntó.
Muchos se preguntan en qué cargo estará Ulloa. Algunos dicen que sin mucha participación, pero él aclara que “uno siempre ha tenido ese liderazgo. En la sociedad anónima mandan las acciones y yo tengo las mías. No voy a decir cuántas, pero tengo. Lota Schwager renació con Bernardo Ulloa y va a morir con Bernardo Ulloa. Siempre voy a estar y antes de morir quiero dejar a mi club en el fútbol profesional. Si no, es imposible que me quede de brazos cruzados”.
Cree que es buen momento para levantar a la “Lamparita” y analiza que “el 2001 tomé un fierro caliente. No había más minas y los mineros eran parte importante del club. Los alcaldes se pasaron por el aire a Lota Schwager y el estadio era un chiquero. Lo paramos a los combos, porque soy así, pero lo paramos. Hoy hay concejales y alcaldes de la zona que les gusta el fútbol y empresas con recursos que tienen un deber moral de ayudar a los jóvenes de la zona y qué mejor que a través del deporte. Por eso, hoy hago un llamado a la unión. Si todos los que te nombré trabajamos juntos por Lota, podemos llegar muy arriba en el corto plazo”.
No puede dejar pasar que “Bachelet se comprometió con un estadio y el presidente que venga tiene que hacerse cargo. Eso lo prometieron” y agrega que “las sociedades anónimas han transformado el fútbol en algo sucio, pero el fútbol es arte, es cultura. No podemos permitir que venga gente a meterse otra vez y se lleve la plata del CDF. Tenemos que ser ordenados”.