Deportes

El que no ganaba nunca también vino a reírse en la cara de Deportes Concepción

Por: Paulo Inostroza 22 de Octubre 2020
Fotografía: Carolina Echagüe

Es momento de preocuparse, pero en serio. Lo de Deportes Concepción ayer fue realmente malo, cayendo merecidamente, por 0-1, ante un Linares que había perdido todos sus partidos del año y solo tenía un gol marcado, desde el punto penal. Ese equipo de número rojos y miles de problemas se plantó mejor que los lilas y lo superó en el segundo tiempo. Los morados, sin ideas, como hace rato. De los últimos 15 puntos en juego solo lograron uno y están a un punto de ubicarse colistas. Sí, es momento de pensar cómo cambiar las cosas.

Ayer volvió Gabriel Vargas y quedó claro que el “Arcángel” tampoco está para milagros. Falló una “palomita” en el segundo tiempo y ganó algunos pivoteos, pero si se esperaba que con su presencia se soltaran Daud Gazale y Álex Díaz, no fue así. Tras el gol de Linares, el “Turco” fue el primero en dejar la cancha, muy molesto. “Dinho”, en tanto, fue poco protagonista y parece que cargarse a la orilla no le acomoda.

Seamos justos, a base de empuje y la idea de que este partido se ganaba sí o sí, Concepción entró mejor y metió a su rival completo en el área chica durante al menos 25 minutos. Ahí el citado Díaz casi marca cabeceando en el segundo palo y Fabián Ramírez azotó un poste con tremendo zurdazo desde fuera del área. La visita llegaba poco y los lilas, bien desordenados, agarraban a pelotazos una y otra vez a su rival, que ponía la espalda y lo que fuera. El gol no salió temprano y el “León” perdió la calma, eso se notaba en jugadores que le pedían algo a su compañero y recibían otra cosa. Había frustración.

Uno y a jugar

Pero la visita no ganó de suerte. En el entretiempo arriesgó con un delantero más -entró José Torres– y apostó al manejo del muy buen volante Luis Mondaca, bien secundado por Iturra. Dos buenos jugadores de un equipo que viene en alza.

Y en un centro desde la derecha, “Nico” Barrera pivoteó de cabeza para que Bryan Portflidtt empalmara en plena área chica. Golpe duro, un gol abajo y quedaba mucho tiempo, pero ninguna idea para darlo vuelta. El “Chino” metió tres cambios de inmediato, pero no había caso. Salvo una mediavuelta bien forzada que Pablo Sanhueza mandó sobre el travesaño, los penquistas no generaron más. Solo centros y centros, balonazos al área. Todo despejado fácilmente por los zagueros albirrojos. Los morados tienen muy poca generación de fútbol en la zona media y apuestan casi todo a doblar por las orillas. Esta vez no funcionó.

La visita estaba desesperada por ganar de una buena vez y se tiró al suelo, hizo tiempo y sacó aún más de sus casillas a un equipo que mentalmente estaba hecho pedazos. Un equipo que quiso empujar, pero muy impreciso. Ayer, ni Sepúlveda ni Díaz fueron los externos que inquietan y las piden todas. Terminó el partido y Esteban González se quedó pegado, tomando agua. Mirando fijo a la cancha. Casi como pensando si por última vez.

Etiquetas