Arde la controversia de cara a la edición 2020 del US Open que, si la pandemia lo permite, se realizará del 31 de agosto al 13 de septiembre, y bajo extremas medidas de seguridad por la crisis sanitaria.
Primero fue el Nº 1 del mundo, Novak Djokovic, quien criticó las restricciones anunciadas para el evento que, entre otras disposiciones, obligará a los tenistas a alojarse en hoteles cercanos al aeropuerto y acceder al club con apenas un colaborador. “Las limitaciones son imposibles de cumplir, en un torneo de estas características no sólo necesitas estar cerca de tu entrenador, sino también de tu preparador físico y tu fisioterapeuta”, comentó el serbio.
Y, ahora, trascendió que la organización tiene la idea de eliminar la fase previa y reducir el cuadro de dobles para que viajen menos tenistas a la ciudad de Nueva York.
La supresión de la “qualy” afectaría directamente a la participación de 256 tenistas, que se quedarían sin opción de sumar una valiosa cantidad de dinero por pasarla (el año pasado, sólo por estar en el cuadro principal, ganaron 58.000 dólares). El corte de entrada se elevaría al puesto 120, más ocho invitados. Igualmente, el cuadro de dobles, tanto masculino como femenino, quedaría reducido de 64 parejas a tan sólo 24.
En total, serían más de 350 los jugadores afectados que se quedarían sin disputar el Grand Slam, un contrasentido si se tiene en cuenta que se creó un fondo de ayuda para los tenistas de ranking más bajo por la suspensión de las actividades a causa del Coronavirus.
Al respecto, el Nº 2 del orbe, Rafael Nadal, aclaró que no concibe la disputa del Abierto estadounidense “sin la presencia de todos los jugadores”, mientras que se anunció para este miércoles 10 de junio una reunión entre los representantes de los tenistas con diferentes organismos del tenis. Instancia donde Djokovic tendrá mucho qué decir, como presidente del Consejo de Jugadores de la ATP.