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Antonia Cisterna, la deportista destacada del San Ignacio en 2019

Lideró el equipo que campeonó a nivel escolar en la Región y clasificó al Nacional, cursa Tercero Medio y alguna vez le dijo que no a una selección. “Anto” Cisterna es alero, sueña en grande y cuando se pone la “8” ya no hay cómo pararla.

Por: Paulo Inostroza 23 de Marzo 2020
Fotografía: Raphael Sierra P.

Es tímida, de pocas palabras. Pero en la cancha hace de todo y sigue mejorando para seguir aportando. Ese trabajo y compromiso con el equipo hicieron que Antonia Cisterna se transformara en la deportista más destacada del colegio San Ignacio durante el 2019, donde brillaron a gran nivel. Todo, sin dejar de lado los estudios, donde cursa Tercero Medio y ya piensa qué hará más adelante. Mil cosas, mientras el balón llega a su mano izquierda y prueba directo al aro. La malla flamea, ella sabe que todo está bien.

Vive en Lomas Coloradas, tiene 16 años y no es de ver mucho básquetbol por televisión. “No veo mucho la NBA, ni tengo alguna jugadora favorita. Sí me gusta seguir a la selección chilena, sobre todo, ahora que estamos sacando muy buenos equipos desde las categorías menores”. Pese a su corta edad, tiene experiencia en unos cuantos clubes de la zona. “He tenido hartos entrenadores y de todos he sacado cosas. Primero fue con la profe ‘Pauli’ Espinoza, que me tomó en Tercero Básico. Después tuve unas clases particulares con Fabián Mendoza, me entrenó Giovanni Espinoza en el Alemán, Alejandro Guillén en el Infinito, Gabriel Opazo es mi actual técnico del colegio y también estoy con Maximiliano Brandau en el BasketConce. Todos me han enseñado mucho”.

¿Y cómo llegó al básquetbol? Antonia recuerda que “antes practiqué muchas otras cosas o intenté. Estuve en gimnasia, atletismo, vóleibol. No sé por qué, me gusta más la idea del deporte colectivo, de trabajar en equipo. Sola no me sentía tan bien. En el básquetbol se necesitan muchas cosas que tienen que ver con la comunicación con las compañeras, saber cómo moverte en la cancha y para eso necesitas un buen grupo. Acá somos todas muy amigas y eso ayuda mucho a que el equipo funcione”.

Y vaya sí funciona. El año pasado fueron campeonas de la Región y estaban listas para jugar el Nacional que realizaría en Viña, en noviembre. El estallido social no lo permitió.

Pero volvamos al inicio… Cuando la “Anto” tenía 8 años y entró a esa cancha donde los cestos quedaban mucho más arriba que ahora. “Mis hermanas también jugaban. Algo de familia había con esto. Mi papá trabaja mucho tiempo en Chillán y paso harto con mi mamá ( Jazmín), que también me apoya siempre. Sueño muchas cosas con el básquetbol. Cuando tenía como 9 años me llamaron a una selección y dije que no. Era muy chica, me dio un poco de miedo. Si me llamaran ahora, seguramente diría que sí”.

Directo al aro

Le resulta raro hablar de ella misma, pero igual apunta que “juego de alero y creo que en mi puesto debes tener mucha concentración, ser inteligente y tener el tiro, que es algo que se practica mucho. Yo misma he ido mejorando con el triple, por ejemplo. Y sigo practicando porque el básquetbol se trata de eso”.

Y si hay alguien que puede hablar de Antonia es Gabriel Opazo, su técnico en el San Ignacio. Se le nota orgulloso al detallar cómo es su dirigida y apunta que “es zurda y cuesta encontrar jugadoras que lancen con la izquierda. Pero, además, maneja bien la derecha y alguien que puede usar ambos perfiles ya te marca una diferencia. Sabe correr la cancha y por eso aporta a la salida rápida. Y quizás una de sus mejores características, más allá de la habilidad, es su inteligencia para tomar decisiones. Bueno, la Antonia tiene triple, tiene de todo un poco y lo hace bien”.

Pero esto no solo se trata de lanzar. El DT agrega que “es una niña súper comprometida, responsable y respetuosa. Es una deportista integral que rinde tanto en el deporte como en los estudios. De hecho, el ser inteligente es lo que la ayuda en cancha, ella entiende bien el juego”.

Baja la pelota un poco, le da un par de botes y piensa en qué pasará a futuro. Antonia comenta que “quiero seguir jugando, después a nivel universitario. Me gustaría estudiar Enfermería o Geofísica, aunque son carreras que no tienen mucho en común. Todavía no me decido tan claro. Sé que el deporte abre puertas, puedes estudiar con alguna beca y por todas esas cosas hay que seguir mejorando. El básquetbol es un deporte que está ganando muchos seguidores y los jóvenes quieren practicarlo. Yo lo disfruto mucho”.

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