Cendoya cursa Primero Medio y hace rato destaca a nivel Adicpa y también en su club de Talcahuano. Es armador y habló de sus ídolos, su dupla con Atán y lo que le apasiona de este deporte.
La pelota se acomoda en sus manos mientras levanta la cabeza y mira a su alrededor. Román Cendoya ya es un nombre conocido dentro del básquetbol escolar. Con la camiseta del Instituto Humanidades ha jugado varias finales y todos saben que si encara al aro algo importante va a pasar. Tiene 14 años y cursa Primero Medio, pero sueña en grande.
Mide 1,71 metros y asegura que “debería crecer un par de centímetros”. Pero su puesto es armador y, con su talento, no necesita mucho más porte. “Me gustan los conductores de antes. De ahora, me quedo con Damian Lillard y Chris Paul. De Chile me gusta Felipe Inyaco, que es de acá de la Región. No he podido hablar con él, pero hemos coincidido en algunos torneos y me ha saludado”, apuntó.
De sus inicios, cuenta que empezó a los 11 años. “Mi hermano jugaba por el colegio y lo íbamos a ver en familia. Antes yo jugaba ajedrez y algo le pegaba. En mi categoría estuve en un ránking de acá de Chile y, de repente, terminé cambiando a algo muy distinto”.
¿Y qué le encandiló del baloncesto? Román asegura que “me gusta la velocidad y la complejidad del juego. Tienes que decidir todo en segundos, todo muy rápido. Otra cosa que me gusta es el trabajo en equipo y ahí se necesita confiar en los compañeros y rotar mucho el balón para encontrar al mejor ubicado”.
Fuera del colegio, juega por el Club Deportivo Social Cultural Talcahuano. “Estoy ahí hace 3 años, donde me llevó Mauro Atán. Siempre fuimos la dupla, pero él se fue a Omega y yo me quedé. Ahora seguimos jugando en el colegio y siempre en los recreos. Esa dupla nació de chicos y andamos todo el día con el básquetbol. A veces terminamos las pruebas antes y nos vamos a jugar a la cancha”, narró sobre su inseparable compañero.
Sobre sus logros y futuro, advierte que “hemos obtenido cosas a nivel regional y con mi club ganamos un torneo en San Felipe. A futuro, me gustaría jugar Liga Nacional, dedicarme a esto y sacar una carrera relacionada con el deporte”.
De sus formadores, indicó que “he tenido pocos entrenadores. Claudio Coloma, Álvaro Villegas, Guido Jara, en mi club, y ahora Fernando Campos. Cuando empecé no sabía mucho, tomaba la pelota, iba para adelante y lanzaba no más. Ellos me fueron enseñando y buscaba mucho por internet”.
De sus características, precisó que “soy explosivo, tengo buen cambio de dirección y soy vertical para atacar el aro. También me gusta encontrar al compañero mejor ubicado. Prefiero un muy buen pase a un tiro en que no estás cómodo”.
Su papá va casi siempre a mirarlo. “Es de gritar harto, se emociona”. Y también se refirió a las camadas que vienen: “hay generaciones muy buenas de hombres y mujeres y es gracias a los buenos profesores. Está incluso la posibilidad de que un chileno entre a la NBA. Es bueno, lo veo siempre en su página. Ahí se pone Big Chile y nos representaría a todos. Lo imagino con todas las estrellas”.
Isidoro Valenzuela M.