Disminuir emisiones contaminantes es una preocupación cada vez más fuerte dentro de las marcas automotrices, y por ello, cada vez son más las firmas que están incorporando en sus portafolios alternativas eléctricas o híbridas de sus modelos más importantes.
En Latinoamérica estamos aún algunos pasos atrás en esta área, más allá de que hay firmas como Kia, que hicieron el esfuerzo de traer un modelo como el Óptima Híbrido, objeto de este test, para competir en el segmento de los sedanes largos con otros que ya habían hecho la apuesta, como Ford con el Fusion que también pudiste ver reseñado en Motores de Diario Concepción.
Partiendo por los detalles importantes, el objeto de esta prueba es la versión que cuenta con un motor gasolinero 2.0 GDI y uno eléctrico de 56 KW, con tres modos de conducción: Eco, Normal y Sport. Posee una potencia combinada de 192HP y un torque de 37,4 kg/m, a 1770 rpm. Esto le permite homologar un consumo de 18 km/l en ciudad y de poco más de 22 km/l en carretera, cifra muy cercana a la que obtuvimos en este test.
Es un auto de nivel premium. Así lo muestran sus terminaciones internas con plásticos muy suaves y asientos de cuero, con una butaca de conductor muy adaptable a través de sus comandos eléctricos y sus opciones de establecer memorias, para así dar una posición cómoda, segura y de mucha visibilidad al conductor.
La respuesta es inmediata al pisar el pedal del acelerador. El motor eléctrico tiene una buena capacidad de recuperación y ayuda bastante en tramos de baja velocidad a disminuir la emisión de partículas contaminantes, requiriendo sólo en aceleraciones fuertes o en velocidad constante la acción del motor a gasolina.
Este último también está muy bien combinado con la caja automática de 6 velocidades, que permite una respuesta sólida a cada requerimiento, y también una relación de marchas largas que hace que en régimen de carretera el auto baja relajado.
La suspensión es bien aplomada y confortable. Permite tomar curvas en velocidad sin mayor esfuerzo, pero a la vez también logra copiar de buena forma y sin sobresaltos las irregularidades de las calles en Chile.
En términos estéticos llama inmediatamente la atención, con sus luces LED en las delanteras, diurnas, neblineros y traseras, más antena tiburón, sus marcadas entradas de aire.
Sus dimensiones alcanzan los 4855 mm de largo, 1860mm de ancho, 1475mm de alto y una distancia entre ejes de 2805mm, lo que le entrega habitabilidad y estabilidad al mismo tiempo, y que lo combina con un amplio maletero de 425 litros.
A eso suma un interior lujoso y bien iluminado gracias a su techo panorámico, a lo que agrega asientos delanteros calefaccionados y ventilados, freno de mano eléctrico, climatizador dual, cargador inalámbrico para celulares, radio touch de 7’’ con conectividad, smartkey y botón de encendido, y control crucero, entre otros detalles importantes.
La seguridad también es un punto a favor dado el segmento al que apunta, contando con airbags delanteros, laterales y de cortina, más airbags de rodilla para el conductor, cámara 360º con sensores delanteros y traseros, sistema de detección de punto ciego y tráfico cruzado, frenos ABS con EBD, control de estabilidad y asistente de partida en pendiente.
Algunas de estas asistencias como el sensor de punto ciego, por poner un ejemplo, son hipersensibles para nuestro gusto, pero esto es un aspecto al que te acostumbras con el tiempo y en el que cada persona tiene sensibilidades diferentes. En cualquier caso, puede que te moleste por exceso de cuidado, nunca por falta de aviso.
Con todas estas características, Kia agrega una nueva versión más ecológica a su gran familia de modelos en la variante sedán, una que además de ser amigable con el medio ambiente, entrega toda la performance, calidad, seguridad, habitabilidad y tecnología de un auto de motorización convencional.