Deportes

Atleta Daniel Pineda recuerda sus saltos en hora de recreo

Por: Diario Concepción 21 de Octubre 2019
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Fue oro panamericano en Guadalajara 2011, pero comenzó a saltar y correr mucho antes que eso. Daniel Pineda es de Talcahuano y, desde pequeño, estudió en el Liceo La Asunción, donde participó de muchísimos campeonatos a nivel Adicpa y también soñó con ser futbolista. Es más, durante gran parte de su infancia pensó que la pelotita era el deporte que le llenaría el corazón. Eso, hasta que el atletismo terminó enamorándolo.

“Siempre quise ser deportista, me entretenía haciendo de todo. Practicaba lo que saliera porque era un niño bien callejero y en la calle jugabas a lo que sea. Lo que más se hacía era fútbol y me gustaba mucho. Estuve hasta los 15 años en las series menores de Huachipato y era bueno. No es que yo estuviera buscando el atletismo, en algún momento de mi vida el atletismo me encontró a mí”, cuenta el múltiple medallista, que hoy tiene 34 años.

Y en su época escolar comenzó rápidamente a marcar diferencias. Daniel recuerda que “participaba en 60, 80 y 100 metros planos. Corría en todas y siempre me fue bien. Los que corren siempre tienen facilidad en el salto largo y, por eso, también me metí en esa especialidad. Corriendo, a veces salía segundo, pero saltando siempre ganaba y por una cosa ya más competitiva dije ‘me quedo acá, esto es lo mío’. Y así fui perfeccionándome”.

¿Y quiénes eran sus principales rivales? “Competíamos siempre contra los Sagrados Corazones y el Instituto Humanidades. A los 9 años me tocó viajar a Argentina… Era chico. No recuerdo bien qué sentí esa vez, ha pasado harto tiempo, pero seguro que estaba nervioso. Si no sientes eso es porque no te apasiona lo que haces. Yo ya tengo más de treinta y todavía me sigue pasando, aunque claro que es distinto, la presión es otra. Antes era todo por amor al arte, ahora debes hacer ciertos números, alcanzar ciertas marcas”, explicó.

Es un agradecido del profesor Tulio Moya, que “me forjó en mi etapa más formativa” y de Edgardo Molina, que “me trabajó para lo competitivo”. También agregó que “siempre he sido agradecido del apoyo desde que estaban Digeder, Promesas de Chile, de Talcahuano… Ser deportista no es sólo ganar medallas, se trata de sacrificio y aprender valores que sirven para la vida. Cuando tienes un problema en la vida, tu empresa, tu familia, te acuerdas que todo lo que ganaste fue con sacrificio. Ese es el único secreto y el deporte te enseña a no olvidarte cuál es el camino”.

Etiquetas