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En cualquier cancha, Caro Olea da el ejemplo al resto

Practica básquetbol y fútbol en la Universidad San Sebastián en la última parte de una exitosa carrera deportiva. La kinesióloga de 28 años repasa una vida ligada al deporte que maravilla a su entrenador.

Por: Carlos Campos 02 de Septiembre 2019
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Apasionada como muy pocas por el deporte, Carolina Olea de a poco pone fin a una etapa universitaria cargada de éxitos dentro y fuera de la cancha. Es kinesióloga y con 28 años y no sólo compite en el básquetbol de la USS, sino que en el fútbol también se luce.

Su propio técnico a nivel cestero, Sandro Figueroa, destacó que “la conozco desde niña, porque jugó con mi hija. Como deportista y persona es un siete, ya que tiene una mentalidad ganadora que se la inyecta al resto, estando siempre al 100%. En todo sentido es un gran aporte, así que ojalá tuviese 10 jugadoras como ella”.

Sobre su vida deportiva, “Caro” comenta que “desde muy pequeña mi vida ha estado ligada al deporte. A los 9 años comencé a competir en mi colegio, donde tengo grandes recuerdos junto al profesor Mario Henríquez, quien nos llevó lejos como equipo e individualmente, me ayudó bastante como jugadora y persona. Jugamos nacionales y un sudamericano representando al país. Luego me incorporé al Club Deportivo Huachipato, donde en más de una oportunidad destaqué en torneos, creciendo y llegando a jugar en la selección regional. Allí pude competir en nacionales con deportistas de categorías mayores, Juegos de la Araucanía y torneos de mayor experiencia”.

La egresada de kinesiología además mencionó, sobre tales competencias, que “me hicieron crecer en muchos ámbitos, tanto en lo personal como en lo competitivo. El deporte te logra entregar valores, experiencias impagables, que no siempre son fáciles de complementar con el estudio y la misma familia. Hay viajes, entrenamientos, campeonatos, descanso y varios temas más que, sin duda, son fundamentales para poder rendir en el día a día. A veces todo es muy agotador, pero todo el esfuerzo se paga con tan solo entrar a la cancha y vivir lo que te apasiona”.

Consolidación

Pero la experiencia no sólo fluyó dentro de la cancha, sino que fuera de ella Carolina comenzó un nuevo camino, que por ningún motivo la aisló de su exitosa vida deportiva. “Ingresé a la USS a Bachillerato en Ciencias de la Salud y posterior a los dos años continué mis estudios en kinesiología, en los que seguí practicando básquetbol y con beca deportiva”, asegura.

¿Y sobre su competencia además como futbolistas? Olea agrega que “pensé en probar integrándome al equipo, ya que siempre me gustó ese deporte también. Así, el año pasado me invitaron a jugar la Liga Patagonia, en la cual participé en todo el segundo semestre como refuerzo para el Club Español de Punta Arenas. Esa fue, sin duda, una de las experiencias más lindas que me ha hecho vivir el deporte”.

Y como nada es eterno en la vida, esta temporada será la última para Carolina Olea a nivel Adesup. En la cancha se nota su liderazgo. Toma la pelota y ya sabe lo que quiere hacer. Nada es al azar. Ella simplemente disfruta. “Desde que comencé a practicarlo, el deporte para mí ha sido vital. Comprendí que era algo fundamental en mi vida, porque me enseñó a crecer. Aprendí de tan chica a aceptar muchas cosas, como controlar mis emociones, comprender al resto, apoyarnos, respetarnos, tener disciplina y entender que cada momento dentro de la cancha tiene que valer la pena”, afirma ella.

Y su entrenador del básquetbol, Sandro Figueroa, lo subraya. “Está terminando la universidad, pero ahí la ves todavía, ligada al deporte, cuando muchos en su última etapa ya se despegan totalmente. Sin duda, agradezco tenerla. Cuando uno es técnico, anhela tener jugadoras así”. Olea argumenta finalmente que “hay un esfuerzo de por medio, tanto físico como mental, que independiente del resultado hay que dar lo mejor de uno para salir satisfecho de la cancha. El deporte para mí es el momento donde todos los problemas desaparecen y mi mente solo se enfoca en disfrutar del juego. Lo mejor de todo, es el vínculo que uno genera con las compañeras y el resto de los equipos. El deporte es una gran familia”.

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