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Diego Finschi: pónganle una mesa y una red, el resto corre por su cuenta

De familia tenimesista, hace años que el estudiante de Enfermería de la U. Andrés Bello viene destacando en el torneo Adesup. En 2018 fue séptimo en el Fisu América de Brasil, mientras que en julio próximo tendrá el mayor desafío de su vida en la Universiada de Nápoles.

Por: Samuel Esparza 24 de Junio 2019
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Cuando la sangre llama, es difícil escapar al destino. En el caso de Diego Finschi Manríquez (23), éste estaba trazado sobre una mesa y una red. A los cinco años tomó por primera vez una paleta y, a los siete, empezó a jugar en serio. Ejemplos le sobraban en casa al hoy estudiante de quinto año de la carrera de Enfermería en la Universidad Andrés Bello (Unab).

Su padre, Francisco, es un reconocido entrenador que actualmente ejerce en el Colegio Concepción San Pedro, en la Asociación Bío Bío Arauco, UST y la Municipalidad de Coronel, además de la Unab y, que fue técnico de la selección chilena de la especialidad. Y su hermana, Francisca, fue una destacada jugadora de series menores, siendo actualmente parte de la selección de la misma casa de estudios superiores, donde cursa Medicina.

Así las cosas, y por más que el fútbol fuera su otra pasión -desde los 15 años es lateral derecho en el Club 21 de Mayo de Coronel- lo más lógico era inclinarse por el deporte de los remaches. Aunque no hubiese talento de sobra, como él mismo reconoce. “Nunca fui el talentoso de la casa, esa era mi hermana. A mí me costaba harto, mi característica siempre pasó por la perseverancia más que nada”, manifiesta.

En constante crecimiento

Su colegio, el American Junior College de Coronel, supo de sus primeros pasos competitivos, jugando campeonatos nacionales y escolares del IND. Pronto se integró al Club Colegio Concepción San Pedro, donde siguió madurando su juego y comenzó a consolidarse como uno de los jugadores de más proyección en la zona.

En segundo año juvenil, disputó una Copa América en Santiago, quedando entre los ocho mejores, su primer gran resultado.

Fue así como llegó por primera vez a ser seleccionado chileno, ganándose su puesto en un selectivo nacional. “Fue buenísimo, porque conseguí mi lugar en cancha, mi papá estaba orgulloso, toda mi familia igual, y yo satisfecho porque había entrenado bastante y necesitaba ver los frutos de ese esfuerzo. En adelante, fue un constante subir de nivel, mi juego se elevó definitivamente y los nervios dejaron de ser una barrera para obtener logros, porque antes era capaz de cualquier cosa en las prácticas, pero por los puntos no rendía igual”, sostiene.

Figura universitaria

El ambiente que se vive en el tenis de mesa es, según Diego Finschi, algo impagable. “Nos conocemos todos desde chicos, son amistades de años con gente de todo el país”.

Era justamente ese aspecto el que más temía perder al momento de ingresar a sus estudios superiores, instante en que pensó que el deporte se acabaría; nada más alejado de la realidad. “La Unab me buscó para que siguiera con mi deporte como estudiante. No imaginé todo lo que vendría, a partir de segundo año representé a tiempo completo a mi universidad en Adesup y cualquier instancia”, señala.

Pese a no poder llegar a los nacionales, por medio de su paleta la Unab viene siendo protagonista a nivel regional y, a juicio de Finschi, esta temporada llegarán alto. “Este año tenemos un equipazo. Están Alejandro Rodríguez, ex seleccionado nacional y jugador excepcional; Juan Pablo Barraza, seleccionado chileno senior, y un compañero que entró a jugar en 2017. Justo ahora que estoy en mi último año universitario, creo que podré despedirme con algo grande”, afirma.

Fuego olímpico

En lo personal, Diego también ha tenido grandes alegrías, como su participación en los Fisu América (Panamericano universitario) el año pasado, en Brasil. “Fue una experiencia buenísima, era todo inmenso, 14 países entre ellos Estados Unidos, Canadá y México. Individualmente quedé conformé ya que fui séptimo. Por equipos fuimos segundos, lo mismo que en dobles donde vencimos a la pareja número uno de Brasil”, relata.

Pero lo más grande está por venir, ya que será uno de los siete representantes regionales en la Universiada 2019 que se desarrollará en Nápoles, en julio próximo. “Clasificar fue súper importante para mí y mi familia, no lo podíamos creer. Fue muy difícil, debí jugar un clasificatorio nacional y estuve dos veces a punto de perder. Pero quería compensar a mi universidad que me pagó pasajes, alimentación y hasta un hotel allá en Santiago, aún no sé cómo, pero logré ganar”, expresa.

Y culmina, “mi meta en Italia es ver nivel, estará China, Japón y Alemania, tremendos exponentes. Mi expectativa es poder pasar el grupo en singles, ganar algunos partidos en dobles y darlo todo por equipos. Seremos cuatro tenimesistas chilenos en el torneo y nos estamos preparando realmente muy bien; veremos cómo se da”.

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