Gustavo Ortiz no tiene idea en qué va esta iniciativa para cubrir económicamente a nuestros deportistas en caso de accidentes catastróficos. Su papá tampoco sabe nada. El seremi del Deporte, Juan Pablo Spoerer, aclaró qué ocurre y precisó los detalles que aún generan discusión.
El “Guga” habla de todo un poco. De su rehabilitación, de su nueva vida, de la búsqueda de otro deporte que le llene el corazón. De todo, pero hay un tema del que siempre dice “prefiero no hablar de eso”. Lo elude con desgano. Se trata de la Ley que llevará su nombre. En su casa, en Huertos Familiares, descansa un cartón gigante con la promesa de que el proyecto sería enviado al parlamento. En su cabeza, siguen dando vueltas las palabras de la ministra Pauline Kantor dando marzo de 2019 como fecha tentativa para concretar esta necesidad deportiva. Y ya terminando el mes, ¿en qué está la ley?, ¿en qué está Gustavo Ortiz?
Ha pasado un año y siete meses desde el accidente del rider sampedrino en Canadá. La gran estrella y campeón del downhill nacional cayó violentamente mientras entrenaba, sufrió la fractura de su vértebra T10 y el diagnóstico inmediato fue demoledor: el joven de 21 años no volvería a caminar. Desde el intendente Rodrigo Díaz hasta la presidenta Michelle Bachelet hicieron gestiones para conseguir el avión ambulancia que pudo trasladarlo de vuelta al país para iniciar su recuperación en Santiago y luego en la Teletón de San Pedro de la Paz. Todos hablaban de “Guga” y fueron sus amigos los que notaron un error en el sistema: los deportistas que representan al país no cuentan con un seguro que cubra este tipo de accidentes extremos. Para la familia Ortiz, los gastos suman y suman, aunque nunca les ha gustado hablar de plata.
De hecho, el tema de la Ley Guga surgió antes de “Guga”. El 2016 ya se hablaba de instaurar una pensión en caso de accidentes donde un deportista no pudiera seguir ejerciendo su disciplina. Ese tema quedó en un punto muerto y solo reflotó con el accidente de Gustavo. “En Chile tienen que pasar estas cosas para tomar conciencia de que existe una necesidad, pero esperemos que al menos se saque algo positivo de todo esto”, comentó el papá del deportista que sigue su rehabilitación. Hoy, algunos atletas cuentan con un seguro cuando compiten por Chile en el extranjero, pero que no cubre ni de cerca accidentes catastróficos.
En julio del año pasado, “Guga” participó en reuniones con gente de la política (los diputados Pablo Prieto y Francisco Undurraga), la ministra Kantor y la presidenta de la Comisión de Deportistas del Coch, Francisca Crovetto. Todo, para definir los lineamientos de la ley. “Y eso fue lo último. No he tenido más reuniones. La verdad es que no sé en qué está ese tema. Te puede sonar raro, porque lleva hasta mi nombre, pero no lo sé”, confiesa Ortiz. Su padre advierte que “cuando pasó todo esto estaba Pablo Squella como ministro, hubo cambio de autoridades y la gente que llegó, tanto la ministra (Kantor) como el seremi Juan Pablo Spoerer hablaron inmediatamente con nosotros y agradezco su gestión. Igual te confieso que he querido mandarle un mensaje a la ministra preguntando en qué va la ley, pero no quiero parecer patudo”.
El papá de “Guga” cuenta anecdóticamente que “mucha gente nos conoce y me preguntan cómo está el Guguita. Yo les digo que mejor, que bien y, de inmediato, me dicen ¿y en qué va la ley? Y ahí ya no sé qué responderles”. Gustavo padre agrega que “no me gustaría que esta ley quedara dormida, como pasó con la propuesta en 2016, antes que ocurriera lo de mi hijo. Creo que es bueno que se informe, que sepamos en qué está, que existan algunos plazos para tener cierta seguridad”.
Para el seremi del Deporte, Juan Pablo Spoerer, el tema es importante, aunque actualmente escapa un poco de sus manos. La autoridad regional afirmó que “el proyecto de ley fue ingresado por presidencia, desde el Gobierno, y hoy en día se encuentra en su primer trámite constitucional. Ahora debe seguir los trámites legales correspondientes a una ley simple que no requiere quórum específico. Lo importante es ver la disponibilidad presupuestaria, porque esto implica un desembolso importante de recursos para la seguridad de nuestros deportistas, especialmente los no federados, como lo que ocurrió lamentablemente con Gustavo”.
Esos serían los dos temas que han generado más discusión: a quiénes beneficiará este seguro y de dónde sacar el dinero. Sobre lo primero, tampoco está claro si ayudará al propio Gustavo, más allá de que la ley llevará su nombre. Su padre comentó que “sería raro que el propio Guga no fuera beneficiado. Ha participado en las reuniones para crear la ley, es un deportista que representó muchas veces a Chile, con muchos títulos para el país y, en esas condiciones, el único que sufrió un accidente tan grave y felizmente quedó vivo. Lo que pasa es que, por su personalidad, a Guga no le gusta parecer que está pidiendo algo, le parece feo. Pero creo que sería súper justo”.
Y sobre el dinero y los tiempos, Spoerer aclaró que “cualquier tramitación legal siempre implica un tiempo importante de razonamiento y discusión entre los mismos disputados y, eventualmente, los senadores, pero sí, aquí lo que más genera más discusión es el desembolso de recursos, donde se necesita una indicación desde la Dirección de Presupuesto para ver cómo se van a transferir esas platas y cómo van a ser gestionadas para que estén a disposición del Ministerio. Plata que ojalá no tengamos que ocupar nunca, pero en caso de que sea necesario”.
Sobre el desencanto de Gustavo sobre el tema, justamente Spoerer y “Guga” se encontraron el jueves pasado en un seminario. El seremi señaló que “nos hemos reunidos con él un par de ocasiones. La primera a propósito de la reunión que tuvo con parlamentarios y el Ministerio del Deporte para comenzar a trabajar el texto legal. También hemos visto la posibilidad de apoyarlo en su proceso de recuperación y reintegración al deporte, entendiendo la opción de nuevas disciplinas adaptadas. Naturalmente, el periodo estival hace un poco más complejas las reuniones, pero por supuesto que tenemos que volver a reunirnos con Gustavo para informarle el avance del cuerpo legal y en qué va la ley”.
Faltando una semana para que termine marzo, ¿fue poco aterrizado el plazo que dio la ministra Kantor o se ha demorado más de la cuenta? Spoerer sostuvo que “no creo que dar marzo de este año como fecha tentativa haya sido algo apresurado. Es que uno siempre espera lo mejor y que esto se apruebe lo más rápido posible. Para la ministra siempre ha sido importante que esto avance rápido y por eso también lo dijo así. Sin embargo, las prioridades legislativas del Gobierno van de la mano de lo que desea trabajar el Presidente y él ha dicho muy certeramente que las grandes prioridades para nuestro país este año son el crecimiento económico, seguridad ciudadana y la agenda de la clase media. No puedo decir cuándo podría estar listo esto. Uno no puede aventurarse con tiempos legislativos, además que en este caso no depende netamente de nosotros. Sí vamos a ponerle toda la relevancia que significa para coordinarnos con los diputados y senadores”.
Con ley o sin ley, “Guga” tiene otras preocupaciones importantes. En esta nueva vida, donde ya no busca tantas explicaciones, sino que prefiere centrarse en las soluciones que dependen de él mismo, como el trabajo diario para rehabilitarse físicamente, el buscar nuevos objetivos y cosas que lo hagan feliz, ya sin la bicicleta en sus manos. “Felizmente, pude lograr rápido una independencia para no depender mucho de nadie en lo cotidiano. Eso te hace sentir bien. Estoy estudiando Ingeniería en Administración de Empresas, en la San Sebastián, y estoy haciendo hartas cosas”, apunta Gustavo.
Dentro de ellas, detalla que “sigo con el monoski, aunque la preparación en esta época, sin nieve, es más física que con mucha acción así como más real. Estoy trabajando con Multibike, donde soy manager, y guío a otros deportistas en lo que yo más sé. Recién participamos en La Parva, en competencia nacional de enduro y nos fue súper bien. Hoy en día esos son mis temas”. Y de la ley, guarda silencio otra vez. Esperando que pronto sean otras voces las que se pronuncien.