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Catalina Navarro: una incansable guerrera que no se da por vencida dentro ni fuera de la cancha

Organiza su tiempo entrenando, jugando, trabajando y estudiando su segunda carrera universitaria. Partió en Huachipato, tuvo un pasado como arquera en la Unab y hoy se alista para representar a la Ucsc en el Nacional.

Por: Carlos Campos 08 de Octubre 2018
Fotografía: Raphael Sierra P.

Si catalogáramos la vida de Catalina Navarro como “agitada”, quizás nos quedemos cortos. Por algo su entrenadora la definió como una guerrera, que deja todo, no solo en la cancha, sino que también fuera de ella.

¿Por qué tanto? Actualmente con 24 años, no solo juega vóleibol en la Ucsc, sino que estudia Técnico en Administración después de haber terminado su carrera de Pedagogía en Educación Física, la cual ejerce realizando talleres deportivos por el Daem de Talcahuano. Los tiempos son acotados para cumplir con todo aquello, agregando que además debe entrenar y prepararse desde el punto de vista físico para cumplir como deportista en cada uno de los exigentes desafíos que enfrenta.

Pero ella no se complica. Sabe que es difícil y lo vive día a día, pero le gusta lo que hace y así las cosas se disfrutan siempre. “Sin duda es un desgaste enorme complementar todo. A veces los tiempos no te dan y descansas poco. Ahora de cara a jugar el Nacional, todo eso será el doble. Cuando es viernes lo único que quiero es mi cama, dormir y no hacer nada el fin de semana”, dice entre risa y resignación, Catalina Navarro.

Polifuncional

Su historia como deportista suma bastantes años, e incluye un paso como futbolista por la Universidad Andrés Bello. “Desde los 13 años empecé a practicar vóleibol y no lo solté más. Mi mamá es profesora de Educación Física también, tenía un equipo y me llevó. Jugué siempre por Huachipato y luego empecé a estudiar Pedagogía en Educación Física en la Unab, pero ahí no había vóleibol, así que jugué fútbol por la selección de la universidad. Algo había que hacer”, recuerda.

¿Y de qué jugaba? Catalina era la arquera del equipo. “Y era buena”, asegura ella, agregando que “fue una muy buena experiencia en un deporte colectivo, pese a que en el arco se vive un mundo aparte. Ser arquera requiere de habilidades muy distintas, ya que si cometes un error, de inmediato será gol. Ahí jugué alrededor de tres años, pero igual me mantenía jugando voley en Huachipato”.

Pasó el tiempo y Catalina puso fin a su carrera en la Unab, donde se tituló de profesora de Educación Física. Aquello fue en enero, etapa ideal para salir de vacaciones o descansar, seguramente para sus compañeros sí, no para ella … Catalina tuvo solo un mes de relajo, ya que su pasión por jugar vóleibol la hizo ingresar a estudiar otra carrera.

“Estaba jugando Liga Sur por Huachipato y las hermanas Delgado (Graciela y Francisca) al saber que terminaba mi carrera de Educación Física, le comentaron al entrenador que el próximo año en una de esas podía seguir estudiando y así jugar por el equipo de la Ucsc. Me interesaba sacar otra carrera y tomé esa opción. El técnico me llamó y no lo dudé, ya que además me ofrecieron una beca. Seguí mis estudios en otra área y muy poco tiempo de haberme titulado como profesora, ya estaba matriculada otra vez en la universidad. Fue todo muy rápido, pero una decisión de la cual no me arrepiento”, comentó Navarro.

Así comenzó su historia en el equipo de vóleibol de la Ucsc, que actualmente dirige Andrea Donoso. ¿Y el profesor que contactó y llevó a Catalina? “Ni siquiera alcancé a entrenar con él, ya que tuvo otro proyecto laboral y dejó el equipo. Julio Orellana asumió la dirección técnica y ahora está la profesora Andrea”, comentó la voleibolista, que atraviesa su segundo año como estudiante y deportista en la Ucsc.

Un ejemplo

La entrenadora de Catalina solo tuvo elogios al momento de hablar de su jugadora, una de las mejores del equipo. “Es muy aguerrida. Creo que esa palabra la describe. A ella le encanta defender y recibir, es una jugadora que va siempre al cien y no le gusta que se le caiga la pelota. Es profesora de Educación Física y está haciendo un técnico para sacar la Ingeniería en Administración de Empresas. En el primer semestre, además, reforzó al Club Alemán en la Liga A1. Realiza siempre un gran esfuerzo que se le valora mucho”, dijo Donoso.

La entrenadora, que además es muy joven, destacó y analizó una realidad que vive la mayoría de los estudiantes que compiten durante el año en Adesup. “Es meritorio que sean muy pocas las jugadoras universitarias que solo se dedican a jugar. Todas deben estudiar, compatibilizar los entrenamientos, cumplir con ello y además trabajar, que es otra virtud muy importante que las ayuda para las habilidades de la vida”, expresó.

¿Es muy difícil complementar todo aquello? Donoso cree que “el estar en muchas cosas y hacerlas bien, no sé si les dará el éxito, pero sí las lleva por buen camino en la vida. Es parte de lo que el deporte debe aportarte, esto no es solo ganar o perder, sino que debes aprender a trabajar en equipo, organizar tus tiempos, ser muy perseverante y esforzarte. Es lo que debe llevarse a cabo día a día”.

Y levantar la cabeza cuando no te ha ido bien, también es parte de la vida. Catalina hace pocos minutos perdió la final de Adesup ante el Campanil, pero como su agitada vida, ella sabe que esto sigue y tendrá revancha. “Fue una buena liga en general, donde siempre competimos con UdeC por el primer lugar, un equipo que hace poco disputó la Liga A1 y que terminó entre las cuatro mejores. Ellas son el único rival fuerte que enfrentamos a nivel universitario. Caímos y nos falta pulir muchos aspectos técnicos, pero jugamos un buen partido”, cerró.

Y hubo revancha al otro día. La voleibolista de la Ucsc fue una de las importantes figuras del equipo que venció 3-0 a la U. Santo Tomás el jueves pasado, triunfo que las clasificó al Nacional Universitario que se disputará en unas semanas más en la Región de Valparaíso. El desafío para Catalina Navarro será mayor, pero ella es un ejemplo de ganas y esfuerzo. El cansancio no existe.

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