Deportes

Actividad física y bajas temperaturas

Por: Diario Concepción 18 de Junio 2018
Fotografía: Diario Concepción

Cristian Yáñez Baeza
Académico
Kinesiología
Facultad de Medicina Ucsc

Un informe realizado en la Universidad de Essex (Reino Unido), en 2012, afirma que los beneficios de la actividad física son mayores si la realizamos al aire libre, con un entorno natural y respirando aire limpio. Expertos además coinciden en que correr en este tipo de condiciones es mejor ejercicio que hacerlo encerrado en un gimnasio o en algún otro tipo de recinto de similares características. Mover el cuerpo da una sensación de libertad imposible de conseguir en espacios interiores, lo que también predispone a las relaciones sociales, aumenta la autoestima y mejora el estado de ánimo y obviamente aumenta la temperatura corporal.

Generalmente, las bajas temperaturas nos limitan psicológicamente para realizar actividad física, pero en realidad esto nos reportará más beneficios que limitantes si se compara cuando se hacen con calor.

Con el ejercicio físico en bajas temperaturas, el cuerpo quemará más calorías. “Con la pérdida de temperatura corporal, nuestro organismo se ve obligado a aumentar su actividad metabó- lica para que las células consuman más energía y la transformen en calor, lo que supone un mayor gasto de calorías”, dicen los expertos y estudios respecto al tema. Por lo tanto, si al frío le sumamos el ejercicio físico, incrementamos el gasto energético por dos vías: por un lado, las contracciones de nuestros músculos durante el ejercicio implican un importante gasto calórico y, por el otro, para corregir los desequilibrios de temperatura, aire y líquidos corporales que la actividad ocasiona. Nuestro organismo tiene que mantener procesos activos que también consumen energía.

La actividad física realizada en estas condiciones refuerza el sistema inmunológico. Un estudio publicado en Journal of Applied Physiology (2012) con cluyó que la exposición al frío bajo los efectos del ejercicio aumenta el número de leucocitos y granulocitos, responsables del funcionamiento del sistema inmunológico. Ahora, todo tiene su límite y expertos concuerdan que cuando una actividad muy exigente o prolongada en el tiempo le sumamos una temperatura exterior excesivamente baja, “el efecto puede ser el contrario y debilitar nuestro sistema inmune”. Sobre todo en personas mayores, las que sufran problemas respiratorios, como asma, o las inmunodeprimidas, han de evitar las horas más frías, porque cuando se realiza ejercicios físicos en esa condición, no da tiempo a que el aire que entra en los pulmones se caliente y humidifique tanto como cuando se está en reposo. Entonces, se convierte en un irritante para el sistema respiratorio de estas personas.

Indudablemente, la actividad física realizada en condiciones frías mejorará su rendimiento físico, y la razón es muy simple: “para tolerar la falta de calor y el ejercicio, nuestro organismo tiene que ‘adaptarse’. Estas adaptaciones le hacen más fuerte y mejoran su condición en muchos aspectos: aumenta la capacidad cardiaca, se incrementan los litros totales de sangre y los litros de aire por minuto que somos capaces de respirar a alta intensidad de ejercicio, además de que crecen las células musculares”, asegura el estudio.

Así, en los siguientes entrenamientos estas condiciones adversas supondrán menos estrés para nuestro cuerpo, porque estará mucho más preparado para afrontarlas.

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