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Antonia Alarcón, delantera de la UdeC: Cuenta sobre su viaje con la “Roja”

Por: Paulo Inostroza 23 de Marzo 2018
Fotografía: Pedro Bohemio View Sports.

Cree que jugaron de igual a igual con todos y le apena que su familia haya tenido que verla por una señal de internet. No había otra forma de mirar a esta Sub 17.

Estuvieron a un paso de meterse en una histórica semifinal. “Nos faltó tan poco, pero peleamos hasta el último partido”, cuenta Antonia Alarcón. El miércoles ya estaba de regreso en Concepción recibiendo el abrazo de su familia. La única penquista, seleccionada chilena y jugando un Sudamericano, volvía en silencio. Sin mucha prensa ni fotos. Anotó el empate 2-2 en la emotiva remontada contra Paraguay y fue titular en todos los partidos, pero el fútbol femenino sigue oculto, en los breves más breves de las páginas deportivas.

La “Anto” arma la mochila y vuelve a clases. Cursa Tercero Medio en el Instituto Humanidades y no sabe qué pasará con el fútbol más adelante. “Veo que hoy existen jugadoras chilenas que se van al extranjero y se ganan la vida con el deporte, pero no sé qué será de mí. Por ahora me dedico al estudio y ya veremos qué pasa”.

El colegio no ha sido fácil, aunque asegura que “me han dado hartas facilidades con el tema de la asistencia y las pruebas pendientes. Mira, cuando recién entré a la selección viajaba a Santiago para entrenar de lunes a miércoles y cuando llegaba el jueves tenía un montón de tareas, trabajos pendientes y pruebas que me faltaba dar. Poco antes del Sudamericano, fue más pesado porque entrenaba de lunes a viernes”.

Porque esta Sub 17 de muy buen rendimiento no fue fruto de la casualidad. Detrás hubo mucha pega y planificación. “Trabajamos como un año y medio para llegar a este equipo y conocernos bien. Por eso siento que nos parábamos de igual a igual con los otros países sudamericanos y nunca fuimos menos que nadie. Nuestro peor partido fue con Bolivia, pero lo ganamos. Teníamos que debutar contra Paraguay y yo sabía que iba de titular, porque ya nos conocíamos el equipo de memoria”, apuntó.

Himno de rojo

El debut siempre es especial. Antonia repasa que “te da nervios entrar a ese primer partido y quizás por eso no partimos bien, quedamos dos goles abajo y se nos complicó todo. En ese momento mostramos dos de las cosas más fuertes que teníamos: el trato de la pelota y la garra para meter siempre hasta el final. Ese día me tocó hacer el gol del 2-2 y fue una felicidad increíble, porque rescatamos un punto cuando todo parecía muy complicado”.

Y el camino se fue abriendo. “Empatamos con Venezuela, que es el campeón sudamericano, y ese fue un gran partido. Al final no se dio porque perdimos apretado contra Uruguay (1-0), pero siento que hicimos un buen torneo”. Fueron terceras de un grupo complicadísimo, donde solo pasaban 2 de 5.

Todos se preguntaban dónde ver ese último partido con Uruguay, el que dejaba a Chile en semifinales, pensando en el Mundial. Antonia cuenta que “no lo pasó nadie por televisión. En mi familia se juntaban todos a verlo por internet porque había una señal argentina que era la única que nos transmitía. Se habla mucho del crecimiento del fútbol femenino, pero se invierte poco y hay muchas cosas pendientes. No podemos compararnos a lo que se ayuda a otros deportes o al mismo fútbol masculino”.

A sus 16 años jugó un sudamericano y estuvo a punto de pasar a semifinales, pero difícilmente la reconocerán en la calle. Ahora la “Anto” lee que el campeonato nacional femenino partirá recién en mayo y serán cinco meses sin acción oficial. Nunca han sido prioridad, pero mira sus zapatos y sabe que ahí hay mucha historia. Eso se queda.

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