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Aquiles Zúñiga: un trabajador silencioso del atletismo local

Por: Ricardo Cárcamo 10 de Julio 2017
Fotografía: Archivo Diario Concepción

A lo largo de su trayectoria, ha superado accidentes, falta de recursos y otras dificultades para destacarse en la disciplina. Si bien reconoce que a veces le falta tiempo, no se conforma y se pone una gran meta: llegar a los Olímpicos de Tokio 2020.

Una carrera llena de obstáculos ha tenido Aquiles Zúñiga. Ypese a las dificultades, siempre termina de vuelta en la pista. Trabajando duro, con mucho sacrificio y poniéndose metas muy ambiciosas.

Esta temporada, ha realizado buenas marcas en los torneos que ha disputado.Sin embargo, ya está pensando en 2018, donde aparecen sus primeros y grandes objetivos en el corto plazo. “Salí tercero en 800 acá (Grand Prix), en el Orlando Guaita no me fue bien. Luego me fui a Perú, donde fui tercero en 800 metros y segundo en 1.500. En los Juegos Nacionales segundo en 800 y en la posta 4×400. Fue super competitivo este semestre”, dijo.

Al respecto, agregó que “antes de irme al nacional federado me desgarré, y no pude competir en el último torneo que tenía, tratando de hacer la marca para el Sudamericano. Ahora ya estoy recuperado, entrenando nuevamente y lo que queremos hacer es un periodo básico general súper largo, vamos a correr en las competencias que haya el segundo semestre, pero sin presiones y poniendo el foco en el 2018”.

De sus proyecciones, indicó que “para la siguiente temporada, uno de los grandes objetivos es clasificar a los Odesur, que serán en Bolivia, y eso me daría pasajes para el campeonato Iberoamericano de Atletismo, que también es el próximo año. La idea es tener una mejor base, pues he estado entrenando cinco meses, después parado por un tiempo similar, luego volví y clasifiqué a torneos importantes, pero luego de eso sufrí un accidente grave y estuve otra vez seis meses fuera. Entonces ahora queremos lograr una base sólida atlética para correr de buena forma, mejorar mis marcas e ir a los torneos importantes representando al país”.

En ese sentido, agregó que “me enfocaré en los 800 metros, pero no descarto los 1.500. Es una prueba que estoy recién descubriendo, y es una veta interesante. Tenemos harto por mejorar, y puedo trabajar en las dos, aunque siempre la prioridad son los 800. ¿Las marcas que necesito? En los Odesur aun no salen, pero para los que se hicieron en Chile clasifiqué con 1:50 y a los Panamericanos con 1:49. Tendría que hacer mi mejor marca personal y clasifico, y eso sería bajar de 1:49. En los 1.500, 3:48 es la marca que necesitaría, pero en ambos casos son accesibles para mí si me enfoco bien y no tengo problemas de lesiones, haciendo una buena base”.

Cosa de familia

Zúñiga también se refirió a sus inicios en el atletismo. “Comencé a los 9 años, y ya tengo 31. Partí porque mi familia siempre me motivó a practicar atletismo, desde pequeño a que hiciera deporte. Y el atletismo me cautivó y es mi pasión. No lo he dejado y no creo que lo haga…Mi mamá, Gracia Quiero, ha practicado atletismo toda su vida, además fue seleccionada nacional de básquetbol y atleta de Lota Schwager. Hasta ahora todavía compite por el Club Atlético de Coronel, en categoría Master”, dijo.

Sobre su continuidad en el deporte, señaló que “como atleta me veo por lo menos hasta el Panamericano 2019 en Perú corriendo, después no sé porque ya tengo una familia, debo trabajar mucho más para que a ellos no les falte nada, a mi hija… En ese sentido, agradezco al Gobierno Regional que el año pasado me apoyó con un proyecto, y ahora estoy postulando de nuevo. Contar con un respaldo así es de gran ayuda, te sirve mucho para ser un deportista de elite, de alto rendimiento”.

Llevar adelante su plan de entrenamiento, junto con su labor profesional, no es nada sencillo. Como profesor de Educación Física, trabaja en el Colegio Saint John’s y en el Club Deportivo Alemán.

“No puedo hacer una doble jornada, que sería lo ideal, pero el horario me permite entrenar en las mañanas, de 10 a 13 horas. Trato de hacer lo mejor posible, seguir las instrucciones de mi entrenador, que es Jorge Grosser. Después de las 14 horas comienzo a trabajar, y termino a las 22.30 horas. Estoy todo el día afuera, pero es un sacrificio que acepta mi familia, entonces tengo esa facilidad. Igual es complicada esta rutina tan exigente. Por ello, no puedo tener el descanso adecuado para mi desarrollo atlético, pero debo seguir haciéndolo y continuaré mientras tenga la energía y las ganas”, comentó.

De sus sueños, contó que “el otro año como te dije quiero ir a los Odesur, correr en el Iberoamericano, y en 2019 estar en los Panamericanos de Lima. De ahí en adelante todo dependerá de cómo me sienta yo, cómo estén mis marcas, y no descarto estar en Tokio el 2020. Pero soy aterrizado, sé que para eso se necesitan otras cosas: más entrenamiento, un mayor apoyo. Para llegar a unos juegos olímpicos hay que ser más profesional”.

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