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Cultura y Espectáculos

Documentalista polaca, Gosia Juszczak: “Creo que todo el arte es político, especialmente, en el caso del documental”

La documentalista polaca será parte del jurado del próximo Festival de Cine del Mar, el cual se realizará entre el 21 y 27 de agosto dentro de la celebración de la segunda edición del Festival Puerto de Ideas Biobío.

Por: Diario Concepción 21 de Agosto 2023
Fotografía: Sin título

Por Aida Granell

La cineasta europea se alzó el año pasado con el primer premio del citado certamen con su documental “Stolen Fish”; un brillante y descorazonador relato en torno a las consecuencias e impacto directo que sobre la población de Gambia tiene la sobreexplotación pesquera que -de manera ilegal- llevan a cabo los buques chinos frente a las costas del país africano. En esta crítica sobre los despiadados efectos que el capitalismo más salvaje e indolente tiene sobre las poblaciones más vulnerables, podemos ver el verdadero espíritu que recorre la obra de esta talentosa y comprometida realizadora europea.

Precisamente, con motivo de su inminente llegada a Chile para participar en el Festival, hemos podido conversar con Gosia Juszczak tanto sobre su obra como sobre su rol como mujer en el mundo del cine.

El año pasado fue usted la ganadora del festival con su brillante documental “Stolen Fish”. ¿Cómo valora su experiencia en el festival el año pasado?

El año pasado no pude asistir presencialmente al Festival, así que no pude vivir el ambiente que respiraba la ciudad. No obstante, en cuanto supe que la película había ganado fue una gran alegría. De hecho, la estatuilla que recibí es realmente muy linda y la tengo en un lugar central de mi salón donde puedo verla diariamente. Además, parte del premio conlleva presidir el jurado en Chile en esta segunda edición del Festival, algo que me hace especial ilusión, ya que me permitirá conectar en persona con el público chileno y con los organizadores tanto de Puerto de Ideas como del propio Festival de Cine del Mar.

Este año regresa al festival, pero en calidad de jurado. ¿Cómo afronta este cambio de rol y qué espera de las producciones en competición?

Esta será la tercera ocasión en la que participaré como jurado de un festival de cine, aunque será la primera vez que lo haga persona. Con la pandemia e incluso después de que terminasen los confinamientos en la mayor parte de los países del mundo, muchos festivales optaron con continuar organizando el trabajo del jurado de manera online. Creo que así se pierde mucho. En esta instancia, lo bonito será que podremos debatir y reflexionar cara a cara sobre las obras que veremos, algo que es muy enriquecedor. En cuanto a las películas en competición, no tengo expectativas, quiero dejarme sorprender.

¿Por qué le parece relevante que exista un festival centrado en el océano y en temáticas asociadas al mismo?

El océano y el agua en general es uno de los elementos que nos sostiene como seres humanos y con la actual catástrofe climática debemos prestar especial atención. En este sentido, debemos recordar que el agua es básica para la vida humana y, por desgracia, muchas regiones se están secando. Además, los océanos son vías migratorias y los derechos humanos están intrínsicamente ligados con el agua en sus diferentes formas.

¿Qué opinión le merece que un país costero como Chile haga pedagogía en torno a la importancia de los océanos?

Creo que es imprescindible que los países costeros hagan esa labor. Durante los últimos dos años viví en las Islas Canarias (España), rodeadas por el océano Atlántico, dónde el mar está muy presente en las vidas de las personas. Allí, el gran problema es el turismo de masas, el cual impacta directamente sobre los ecosistemas marinos de diferente forma. En casos así, es fundamental que la ciudadanía esté informada y pueda presionar a las instituciones gubernamentales, algo para lo que resulta muy importante el que se haga pedagogía en torno a todas las temáticas vinculadas con el océano.

Es usted mujer y cineasta en un mundo donde estar tras la cámara es inmensamente más complicado para una mujer que para un hombre. ¿Cuál ha sido su experiencia como mujer y documentalista en el mundo del audiovisual? ¿Ha tenido que sortear más obstáculos por su género? ¿A qué tipo de desigualdades ha tenido que hacer frente?

Este es un tema que requiere de una reflexión muy profunda, pero para no extenderme podría sintetizarlo en dos dificultades que requieren de mucho trabajo. En primer lugar, el autosabotaje que las mujeres nos hacemos por la educación que recibimos. Aquí, el primer obstáculo fueron mis creencias y el tener la autoestima suficiente como para adentrarme en el mundo del cine y hacer de ellos mi profesión. Esto me llevó mucho trabajo interno.
En segundo lugar, el mundo del cine es patriarcal, aunque en el caso del género documental creo que un poco menos. No obstante, sí tuve situaciones donde mi palabra no se tomaba en cuenta o se cuestionaba, a pesar de ser yo la directora, algo que no suele suceder cuando quien está tras la cámara es un hombre.

Dentro del séptimo arte, el documental ha sido un género muchas veces maltratado. Sin embargo, en los últimos tiempos parece que asistimos a una revalorización del género tanto por parte del público como de la crítica. ¿A qué cree usted que se debe este resurgimiento o este revitalizado interés por el documental?

Es verdad que en ocasiones escucho a la gente preguntar “¿es una película o es un documental?”, como si el documental no perteneciera al género del cine. Es evidente que hay muchos tipos de documental y que algunos tienden más hacia el reportaje. No obstante, es cada vez más común que la línea que separa la ficción del documental y la ficción sea más fina. Hay documentales que en su formato parecen ficción y ficciones que se ruedan con técnicas propias del documental. Al final todo es arte, es cine, independientemente del género. Todo depende de “cómo” se hace y la honestidad de los creadores, algo que están percibiendo los espectadores.

En su caso, usted aborda temáticas de actualidad que ponen el foco sobre aspectos y problemáticas muchas veces ignoradas u obviadas por los medios de comunicación, las instituciones políticas, etc. ¿Hasta qué punto considera que el documental como género tiene una función de denuncia social? Y en función de lo anterior ¿qué temáticas le interesaría abordar en el futuro cercano?

Creo que todo el arte es político, especialmente, en el caso del documental. La denuncia puede hacerse de varias maneras, más explícita o más sutil, pero es evidente que, si hacemos un documental de denuncia o que toca temas sociales, lo más importante (y esto lo aprendí con “Stolen Fish”) es cómo lo vamos a distribuir y qué campaña de impacto vamos a construir en torno a él.
El documental puede ser increíble, pero si nadie lo ve, no sirve de nada. Por ello la distribución es clave y hay que pensar en ella incluso antes de empezar a escribir el guion. Sólo así podemos conseguir que la película tenga impacto y contribuya a cambiar las cosas. Sin embargo, esto es un aprendizaje que se hace con el tiempo a base de experiencia y muchísimo esfuerzo.

¿Está preparando algo nuevo y sobre qué trata?

Ahora mismo estoy en un momento de reflexión, para poder escucharme mejor y ver que me mueve. Durante este año estuve de gira por centros educativos con “Stolen Fish” junto a uno de sus protagonistas, un pescador gambiano quien, tras haberse estrenado la película, migró a España en una patera. Este proyecto educativo ha sido muy enriquecedor, pero también muy exigente (visitamos unos 50 centros educativos), así que ahora toca recargar las pilas, algo que creo que Chile me puede ofrecer. Pero en general me ilusiona pensar en empezar colaboraciones nuevas, a veces algo llega por donde menos lo esperas.

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