El quinteto oriundo de Cañete desde hace más de cuatro años despliega una contundente y sólida propuesta musical, la cual hace énfasis en las guitarras y sonoridades propias de su tierra de origen. Muestra de aquello es su último single “Huechicura”, adelanto de su primer larga duración.
Chimalguen es una propuesta que tiene su punto de partida simplemente por el sólo hecho de querer hacer música. Como una inquietud y necesidad de componer sobre sentimientos e historias, lo cual “nos llevó, y aún lo hace, a encontrarnos con sonidos locales, nos transporta a ser pertinentes con nuestros orígenes y así poco a poco nos fuimos encontrando”, señalaron.
El quinteto oriundo de Cañete, compuesto por Carlos Pérez (saxo, trutruca y voces), Davis Cáceres (guitarra y voces), Sebastián Torres (batería), Francisco González (teclado y voces) y Andrés Pino (voz principal y bajo), cultivan un sonido rockero -con influencias de raíz- muy pertinente al territorio de donde provienen.
“Buscamos y mezclamos nuestras influencias del rock, folk, metal, las sonoridades mapuches, los sonidos de la naturaleza, el pop y diferentes influencias musicales que confluyen en nuestro territorio. Sus letras transitan desde la cosmovisión mapuche, su reivindicación, el mestizaje, el devenir del ser humano, las historias, la percepción territorial, encontrando de esta manera en su música y contenido un sonido con pertinencia local”, enfatizaron.
Hasta el momento, la banda tiene registrado el EP “Kiñe” (2018) compuesto por las canciones “Chimalguen”, “Weichan” y “El Misterio”, además del single “Huechicura”, estrenado a principios de mes y que sería el apronte para su primer LP. En este sentido, el quinteto explicó las motivaciones temáticas detrás de las líricas del proyecto. “Las inspiraciones pueden ser muchas y son dinámicas, los impulsos creativos van cambiando constantemente, pero nuestro territorio, nuestro mestizaje, y la reivindicación, nos mueve y agita, pero también nos inquietan los bemoles del hombre, el amor y el desamor, el continuo devenir del ser humano es tema entre nosotros”, dijeron.
A lo que complementaron que “los espacios creativos se alimentan de muchas conversaciones en donde nos encontramos y discutimos. Musicalmente la inspiración es diversa, pero sentimos que el rock de los ‘70 (Pink Floyd , King Crimson, entre otros), el de los ‘90, el rock chileno, el folclor de Violeta Parra y la Nueva Canción de Víctor Jara está presente de alguna manera en nuestras canciones”.
En cuanto a las proyecciones de la banda y planes cercanos, apuntaron que “nuestro futuro próximo es tener terminado y publicado nuestro disco de larga duración, además de querer tocar mucho, pero sin descuidar la autogestión y el tejido cultural que se viene gestando en nuestro territorio”.
Precisamente, sobre esto último de la autogestión, el quinteto destaca lo que se realiza en Concepción por dar los espacios adecuados para desarrollar y mostrar las propuestas musicales, esto más allá de ser cuna o no del rock y en comparación a lo que ocurre en su ciudad natal.
“Consideramos a Concepción como una cuidad importante, donde se intenta mantener una escena con esfuerzo. Respecto a lo de cuna, sentimos que todas las ciudades pueden ser o son cuna de música o artistas, la diferencia es que en Concepción hay gente muy arriesgada y soñadora, que empuja la cultura en la ciudad en locales como El Averno, la Bodeguita de Nicanor o en Casa de Salud. Dan espacios de calidad a la cultura, eso no ocurre en nuestra ciudad -Cañete-ni en la provincia de Arauco, en donde la autogestión es la manera de generar espacios de desarrollo musical. Lo anterior determina mucho el nacimiento y la sobrevivencia de las bandas”, cerraron.