El domingo, tras la presentación del cantante en el Teatro UdeC, el científico pudo comentarle la historia del descenso a la Fosa Atacama, donde reprodujo el tema “La danza de las libélulas”. A su vez, García le contó que la hazaña de la expedición lo hizo reconectarse con el mar.
“Los científicos queremos llegar a todo el mundo, y para eso necesitamos a los artistas. No somos entrenados para poder comunicar, tenemos nuestro propio ghetto y léxico, entonces esta unión del arte con la ciencia es súper importante”. Las palabras son de Osvaldo Ulloa, y se las comentó a Manuel García tras el recital que dio el músico en el Teatro UdeC. Una charla amena, entre dos personas que se admiran y de ámbitos aparentemente ajenos, distantes, pero ellos mismos comprobaron que los nexos y la cercanía es mucho más de lo que se cree.
Ulloa fue uno de los protagonistas de la expedición IMO-UdeC, que logró la hazaña y descendió por primera vez con seres humanos a la Fosa de Atacama. Al llegar a más de ocho mil metros de profundidad, el académico UdeC y Director del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) reprodujo el tema “La danza de las libélulas” de Manuel García, historia que pudo contarle con detalles en su encuentro del pasado fin de semana.
“El gesto que tuvieron fue muy importante. Mi crianza fue en la vida del mar, y para nosotros la cultura chinchorro es muy relevante. El mar era la recreación y también la comida, siempre digo ‘el pez nuestro de cada día’ y llevo un anillo con dos peces por lo mismo. El mar significa muchas cosas, y su profundidad, su misterio es algo que me gusta, que me llama la atención. Somos de la generación de Jacques Cousteau, y tuve la posibilidad de bucear con Celine Cousteau, mirar un poco el fondo del océano, fue alucinante. Después de ese gesto he compuesto varias canciones sobre el fondo del océano”, le dijo García a Ulloa.
El músico agregó que “nos llevaste allá a todos, la emoción de unir la ciencia con el arte. En ese momento pasó algo muy importante, más allá que haya sido mi canción, lo cual me dejó súper honrado, pues se llegó a un espacio misterioso y hermoso donde el hombre no ha tocado nada con violencia. Se debe dejar de decir que las matemáticas, los números y la economía son una cosa, y la pintura, la danza, la música o la poesía son otra. Es lo mismo, es una alquimia de amor. No creo que este gesto lo supere algo a futuro”.
A su vez, Ulloa le indicó a García que “antes de esta expedición escribí un pequeño libro de divulgación, de niños para 10 a 100 años, y para difundirlo de una mejor manera necesitamos comunicarlo con un lenguaje adecuado, como lo hacen los artistas (…)Ojalá nos podamos juntar prontamente, y la próxima vez que vengas nos podemos reunir en Coliumo, donde vivimos”.
García igual comentó que “estoy muy emocionado de conocer a Osvaldo. En varias canciones me imagino en el fondo del océano, y no lo canto mucho porque es un verso difícil y debe haber una conexión real con eso, con el fondo del mar. Hace poco hice una canción de mariposas que vuelan bajo el mar, y la historia lo justifica, desde el primer verso hasta el último”.