"Cuentos de Cantina" reúne en total 16 relatos -entre ficción y realidad- que tienen como punto de encuentro los antiguos bares de Talcahuano. Para su autor, Jorge Retamal Villegas, representan una aventura literaria personal a modo de registro de parte del patrimonio cultural inmaterial de la zona.
Una recopilación de historias muy distintas a lo publicado -hace más de 20 años atrás- en “AFP, El fraude del siglo”, es lo que presentó hace algunas semanas Jorge Retamal Villegas.
Se trata de “Cuentos de Cantina”, relatos populares que el Doctor en Ciencias Ambientales y Magister en Políticas Sociales UdeC compiló y decidió publicar para que no se perdieran ni cayeran en el olvido. “Esporádicamente escribía alguna historia y la enviaba a amigos en Navidad o cumpleaños. Con el avance de la edad, y con el afán de que no quedaran en olvido, me decidí el poder publicarlas”, señaló el también asistente social.
El profesional detalló sobre el cómo surgen los 16 cuentos que dan cuerpo al libro. “La antigua gente del puerto de Talcahuano era rica en anécdotas. Y ocurría que, en las viejas cantinas choreras, el alcohol se consumía al calor de una buena conversación. En esos lugares, el que no tenía plata para tomar tenía que saber contar historias o mentiras para ganarse un trago. En una cantina, no hay espacio para el callado sin plata”, dijo.
Añadiendo que “son historias que buscan la recompensa de un trago, una sonrisa… o una lágrima. Relatos que son de coincidencias entre una base real y un agregado de imaginación, lo que -al parecer- consigue provocar la imaginación del lector”.
Editado a modo de gusto personal, es decir, el texto lo editó de manera propia y sin el alero de ninguna casa editorial ni local ni nacional, Retamal por medio de un comentario que le hicieron, detalló sobre la finalidad de que esta obra haya visto la luz. “La lectura es como el pan… y es mejor gastar en pan que en farmacias. Una distinguida escritora me señaló en una oportunidad “al parecer lo que a usted le apasiona es reírse de sí mismo, divertirse apelando a la ironía, al ácido sarcasmo, al ingenio, a la picardía en un estilo jocoso humorístico en un tono burlesco a través de esa insólita sintaxis que colorea sus relatos, ya sean orales o escritos, aunque el tema sea extremadamente serio como un panteón logra sacarle una sonrisa hasta al oyente o lector más flemático.Creo que le achuntó medio a medio”.
Sin repetición
Sobre el cambio de temática, de pasar de las AFP’s, licencias médicas, las Compin -que también aborda en otros libros- a algo más popular y distendido, el autor señaló que “manipular esas historias resulta fascinante, porque se puede fabricar amigos leales, políticos honrados, mujeres desinteresadas o suegras bonitas. Lo mejor, es que también permite exponer de lo humano, lo mejor de lo humano”.
Un hecho que no le ha dejado de llamar la atención del escritor, es la positiva respuesta de la gente ante esta obra, pidiendo su adquisición incluso desde fuera de la Región. “Quedé estupefacto con la reacción de las personas, porque más de un centenar de libros fueron vendidos ‘en verde’. Otra centena se fue en una semana. Todos en Santiago y Rancagua. Mi entusiasta editor –Marcos Goldemberg– solo dejó unos cuarenta ejemplares para ofrecerlos en Talcahuano”, dijo.
Si bien, la portada del libro se anuncia como el primer tomo, Retamal ve lejana la posibilidad de publicar un segundo, el cual está casi terminado. “Lo tengo prácticamente listo, pero de ahí a la aventura editorial otra vez, lo veo difícil. El primer tomo ya fue. El negocio editorial es para profesionales, este libro fue sólo un abrazo con los aventureros de la lectura. La edición comercial es para consagrados, esta sólo fue una aventura personal en contra del confinamiento de las cuarentenas.”, concluyó el también investigador en tecnologías.